Tokio: ‘Soy más bien de huir, en cuerpo y alma. Y si no puedo llevar mi cuerpo, al menos que escape mi alma.’
El profesor: ‘No volverán a trabajar en sus vidas. Ni ustedes, ni sus hijos.’
Berlín: ‘¿Usted sabe que en las películas de terror siempre hay un tipo valiente que siempre piensa: ‘no duraré mucho’?’
Tokio: ‘Y mientras se acaba nuestra primera derrota, el cerebro de la operación esta ausente, porque por muy brillante que fuera sólo tenía dos ojos y en ese momento eran todos para la inspectora.’
El profesor: ‘Te han enseñado en la vida a diferenciar de buenos y malos. Si esto lo hacen otras personas, no pasaría nada.’
Tokio: ‘La mirada de Oslo nunca fue chispeante, pero ahora era la mirada de todos nosotros, Alison: ‘Soy la puta ama’.
Berlín: ‘Me he pasado la vida siendo un poco hijo de puta, pero hoy creo que me apetece morir con dignidad.’
Tokio: ‘Si mi foto iba a volver a los periódicos, al menos que fuera por protagonizar el mayor robo de la historia.’
El profesor: ‘Mucho cuidado, porque en el momento que haya una sola gota de sangre, dejaremos de ser unos Robin Hood para convertirnos simplemente en unos hijos de puta.’
Tokio: Aquellas palabras lanzaron al profesor a hacer algo que jamás se había imaginado, buscar a la policía para salvar su pellejo.’
Nairobi: ‘Empieza el matriarcado.’
Moscú: ‘Somos muy pequeños, como ratones que tienen que ir por la vida haciendo agujeros, porque no tenemos ni idea de otra cosa para hacer.’
Tokio: ‘Lo bueno de las relaciones es que acabamos olvidando como empezaron.’
Nairobi: ‘A ver, quiero las máquinas funcionando las veinticuatro horas. Como si esto fuera una red de Pocholos. Chiqui Pum, Chiqui Pum, Chiqui Pum.’
Tokio: ‘Cuando empezamos no teníamos ni puta idea de cómo nos llamábamos, pero sabíamos cuáles eran nuestros sueños.’