Top Frases de… El Rey León

Rafiki: Asante sana Squash banana, Wiwi nugu Mi mi apana.

Simba: Vamos, corta el rollo.

Rafiki: No puedo cortarlo, vuelve a crecer.

Simba: Que simio más pesado. […] ¿Quieres dejar de seguirme? ¿Quién eres?

Rafiki: La pregunta es: ¿Quién… eres tú?

Simba: Creía saberlo… Pero no estoy seguro.

Rafiki: Jajajaja. ¡Yo sé quién eres! Ven aquí es un secreto… Asante sana Squash banana, Wiwi nugu Mi mi apana.

Simba: ¡Oh, basta ya! ¿Qué quiere decir todo eso?

Rafiki: Quiere decir que eres un simio y yo no. Jejejeje

Simba: Creo que estás algo confundido.

Rafiki: ¡Te equivocas! Tú eres el confundido. Ni siquiera sabes quién eres.

Simba: Ah, y supongo que tú sí…

Rafiki: ¡Claro! ¡Tú eres el hijo de Mufasa! […] ¡Adiós!

Simba: ¡Eh, espera! […] ¿Conocías a mi padre?

Rafiki: CORRECIÓOON: Conozco a tu padre.

Simba: No quisiera decírtelo, pero él murió hace mucho tiempo.

Rafiki: ¡No! Te equivocas otra vez. ¡Está vivo y yo te lo mostraré! ¡Tú sigue al viejo Rafiki, el conoce el camino! ¡Vamos!

Rafiki: No, ahí está él. ¿Lo ves? Él vive en ti.

Mufasa: Simba.

Simba: ¿Padre?

Mufasa: Simba, me has olvidado.

Simba: No, eso jamás.

Mufasa: Has olvidado quién eres, por lo tanto, me has olvidado. Mira en tu interior Simba. Eres más de lo que eres ahora. Debes ocupar tu lugar en el ciclo de la vida.

Simba: ¿Cómo puedo regresar? No soy el mismo.

Mufasa: RECUERDA QUIÉN ERES. Eres mi hijo, el único y verdadero rey. RECUERDA QUIÉN ERES.

Simba: ¡No, padre! ¡No me dejes!

Mufasa: Recuérdalo.

Simba: ¡Padre!

Mufasa: Recuérdalo..

Simba: No me dejes…

Mufasa: Recuérdalo.

[…]

Rafiki: ¿Qué ha sido eso? ¡El tiempo! Muy peculiar, ¿no crees?

Simba: Sí. Parece que los vientos cambian…

Rafiki: ¡Cambiar es bueno!

Simba: Sí, pero no es fácil. Sé lo que tengo que hacer pero si regreso tendré que enfrentarme al pasado. Y llevo tanto tiempo huyendo de él…

(Rafiki le golpea la cabeza)

Simba: ¡Au! ¿Por qué has hecho eso?

Rafiki: ¡No importa! ¡Está en el pasado! (Ríe)

Simba: Sí, pero aún duele.

Rafiki: Oh, sí, el pasado puede doler. Pero tal cómo yo lo veo puedes o huir de él o aprender. (Va a golpearle otra vez, pero Simba lo esquiva) ¡Lo ves! Bien, ¿qué vas a hacer?

Simba: Primero, ¡te quitaré el bastón!

Rafiki: ¡Eh, no, no, no! ¡Mi bastón no! ¡¿A dónde vas?!

Simba: ¡Regreso a casa!

Rafiki: ¡Eso es! ¡Corre! ¡Vete de aquí! (Rafiki se ríe)

Simba: Yo soy de una casta de valientes. Me río en la cara del peligro JA JA JA JA.

Shenzi: ¿A qué tanta prisa? Nos gustaría que os quedarais a cenar…

Banzai: ¡Sí! Podríamos comer… ¡Leoncito en escabeche!

Shenzi: Espera, tengo algo mejor. Yo quiero… ¡Cachorrillo a la brasa! ¡¿Qué tal?!

(Ríen)

Mufasa: Mira, Simba. Toda la tierra que baña la luz es nuestro reino.

Simba: ¡Vayaaa!

Mufasa: El tiempo que dura el reinado de un rey asciende y desciende como el sol. Algún día, Simba, el sol se pondrá en mi reinado. Y ascenderá siendo tú el nuevo rey.

Simba: ¿Y todo será mío?

Mufasa: Todo, hijo.

Simba: Todo lo que baña la luz… ¿Qué me dices de aquel lugar oscuro?

Mufasa: Eso está más allá de nuestro reino. No debes ir allí, Simba.

Simba: Creía que un rey podía hacer lo que quisiera.

Mufasa: Oh, ser rey significa mucho más que salirse siempre con la tuya.

Simba: ¿Hay más?

Mufasa: (Ríe) Simba, todo cuánto ves se mantiene unido en un delicado equilibrio. Como rey debes entender ese equilibrio y respetar a todas las criaturas desde la pequeña hormiga hasta el veloz antílope.

Simba: Pero, ¿no comemos antílopes?

Mufasa: Sí, Simba, verás. Te explicaré. Al morir nuestros cuerpos alimentan la hierba, y los antílopes se comen la hierba, y así todos estamos conectados en el gran ciclo de la vida.

Timón: ¡EEEEH!! ¡¿QUÉ SUCEDE?!

Simba: Timón, ella es Nala. Es mi mejor amiga.

Timón: ¿Amiga?

Simba: Sí. ¡Eh, Pumbaa! ¡Acércate! Nala, él es Pumbaa. Pumbaa, Nala.

Pumbaa: Es un placer que me conozca.

Nala: Claro que es un placer.

Timón: ¡Un momento! ¡Tiempo, tiempo! A ver si lo he entendido… La conoces, te conoce, pero ella se quiere comer a Pumbaa… ¿Le encuentran alguna lógica? ¡¿ME HE PERDIDO ALGO?!

Pumbaa: Sólo es un león chiquitín. Mírale… Es tan mono, y está solito... ¿Nos quedamos con él?

[…]

Pumbaa: ¿Podemos ayudarte en algo?

Simba: No, a menos que podáis cambiar el pasado.

Pumbaa: Sabes, chico, en momentos como este, mi colega Timón dice: “Siempre hay que dejar lo atrasado en el pasado”.

Timón: No, no, no.

Pumbaa: ¿Cómo era?

Timón: No, tonto. Descansa. Se te ha sobrecalentado el cerebro. Yo digo: “Siempre hay que dejar el pasado atrás”. Verás, chico, a veces ocurren cosas malas y no puedes evitarlo, ¿verdad?

Simba: Verdad.

Timón: ¡Falso! Siempre que el mundo te dé la espalda, lo que has de hacer es darle espalda al mundo

Simba: No fue eso lo que me enseñaron.

Timón: Puede ser que necesites nuevas lecciones. Repite conmigo: “Hakuna Matata”.

Simba: ¿Quéeee?

Pumbaa: Hakuna Matata. Ósea no te angusties.

Timón: Hakuna Matata. Vive y deja vivir.

Pumbaa: Hakuna Matata. Vive y sé feliiiiiz.

[…]

Simba: ¿Hakuna Matata?

Pumbaa: Sí, es nuestro dicho.

Simba: ¿Qué dicho?

Timón: Ninguno, ¡no te lo he dicho!

(Timón y Pumba ríen)

Pumbaa: ¿Sabes, chico? Esas dos palabras, ¡resolverán todos tus problemas!

Timón: ¿Qué plan tienes para engañarlas?

Simba: Cebo vivo.

Timón: Buena idea… ¡Oye!

Simba: Por favor, Timón. Tenéis que distraerlas como sea.

Timón: ¿Qué quieres que haga? ¿Qué me ponga falda y baile el hula-hula?

Zazú: Naaaaadie sabráaaaa. Lo mucho que améeee. Naaaadie verá mi llanto.

Skar: Oh, Zazú, ten más alegría. Canta algo que sea más rítmico.

Zazú: … ¡Un mundo pequeño es…!

Skar: ¡No, no! ¡Cualquier cosa menos esa!

Zazú: ¡Si tienes hambre, yo te voy a dar, tirititi, dos buenos cocos de verdad! ¡Buenos, frescos, grandes como un balón!… ¡Oh, eso no habría pasado con Mufasa!

Skar: ¡¿QUÉ HAS DICHO?!

Zazú: Oh, no, no. Nada.

Simba: Eh, tío Scar, adivina.

Scar: Detesto las adivinanzas.

Simba: Voy a convertirme en rey.

Scar: Oh, qué ilusión…

Simba: Papá me acaba de enseñar el reino, y yo reinaré en él jeje.

Scar: Sí, perdóname si no salto de alegría, pero sufro de la espalda como ya sabes.

Simba: Tío, Scar. Cuando yo sea rey… ¿Qué vas a ser tú?

Scar: El tío de un mono.

Simba: Qué raro eres.

Scar: No tienes idea…

Scar: Estoy rodeado de idiotas.

Simba: Vaya, estoy llenísimo.

Pumbaa: Yo también. He comido como un ceeeeerdo.

Simba: Pumba eres un cerdo.

Pumbaa: Ah, claro. […] ¿Timón?

Timón: Sí.

Pumbaa: ¿Te has preguntado alguna vez que son esos puntitos brillantes del cielo?

Timón: No me lo pregunto, lo sé.

Pumbaa: ¿Y qué son?

Timón: Luciérnagas. Luciérnagas que se quedaron atrapadas en ese cielo azul y negro de arriba.

Pumba: Aaaah. Vaya. Siempre creí que eran bolas de gas quemándose a millones y millones de kilómetros de aquí.

Timón: Pumba, todo lo tuyo es gas.

Pumba: Simba, ¿tú qué crees?

Simba: Pues… No lo sé…

Pumba: ¡Oh, venga! ¡No seas así!

Timón: Por favor, dínoslo.

Simba: Alguien me dijo una vez que los grandes reyes  del pasado están arriba, observándonos.

Pumbaa: ¿En serio?

Timón: Ósea… ¿que un montón de momias reales nos están observando?  (Timón y Pumba se ríen) ¿Quién te dijo semejante tontería? ¿Qué bestia se lo inventó?

Simba: Sí, que tontería…

Timón: ¡Me estás matando de risa, Simba!

(Simba se va)

Timón: ¿Acaso he dicho algo malo?

Mufasa: Simba, me has decepcionado.

Simba: Lo sé.

Mufasa: Han podido matarte. Me desobedeciste deliberadamente, y arriesgaste la vida de Nala.

Simba: Sólo intentaba ser valiente como tú.

Mufasa: Yo soy valiente cuando debo serlo. Simba, ser valiente no significa buscarse problemas.

Simba: Pero tú no tienes miedo a nada.

Mufasa: Hoy lo he tenido.

Simba: ¿De veras?

Mufasa: Sí, creí que te perdería.

Simba: Aaah, hasta los reyes sienten miedo, ¿eh? ¿Sabes una cosa?

Mufasa: ¿Qué?

Simba: Apuesto a que esas hienas estaban más asustadas.

Mufasa: ¡Claro! ¡Porque nadie  se puede meter con tu padre! ¡Ven aquí, cachorro!

[…]

Simba: Papá, somos amigos, ¿no?

Mufasa: Sí.

Simba: Y siempre estaremos juntos, ¿verdad?

Mufasa: Simba, te voy a contar algo que un día me dijo mi padre. Mira las estrellas. Los grandes reyes del pasado nos observan desde esas estrellas.

Simba: ¿De veras?

Mufasa: Sí. Y cuando te sientas solo, recuerda que esos reyes estarán ahí para guiarte y yo también.