Después de varios años supongo que ya sabréis que entre mis géneros favoritos se encuentran las historias de fantasía, aventuras, magia… En ellas van genial los famosos Retellings, esas historias que parten de una historia inicial, pero que el autor coge a sus personajes y su trama y les da una vuelta de tuerca fantástica que termina conquistando nuestros corazones.
En este artículo me gustaría hablaros de mi de saga favorita de este estilo, porque el otro día cuando coloqué toda mi librería me di cuenta de que tenía muchas, muchas ganas de volver a leerlo, pero hay algo que me retiene un poco. Vamos a analizar esta contradicción —mi Retelling favorito que no me atrevo a releer— con más detenimiento.
Para comenzar deciros que este artículo no podría ser de otra saga que no fuese Las crónicas lunares de Marissa Meyer. Esta saga comienza con Cinder, un retelling basado en conocido cuento de La Cenicienta, pero no os imagináis al nivel que lo lleva. Es alucinante. Su forma de posicionarnos en un futuro, de engancharnos a la trama y, lo mejor, de enlazarlo con las siguientes historias que se basan en Rapunzel, Caperucita, Blancanieves… Es sencillamente: magistral.
Me gustaría dejaros la reseña completa de Cinder y si os gusta, a partir de ahí podréis ver la reseña del segundo tomo Scarlet y del tercero Cress.
Independientemente de este parón o, más bien, de la ausencia de la conclusión en español, no me arrepiento nada de haberme sumergido en ella. Tiene acción, romance, magia, sorpresas, giros… Las crónicas lunares esconden una historia maravillosa que, si os gustan los cuentos clásicos y que os sorprendan, os va a encantar.
Adoro los libros de este género y cinder igual fue uno de las primeras sagas que leí de este tipo, pero mi actual saga es la de Una corte de rosas y espinas ,la saga simplemente es una genialidad , no comparto a las dos escritoras pero ambas sagas me encantan, en definitiva comparto tu opinión , saludos
Los retelling siempre cuentan con ese toque especial. Por suerte, existen muchos y cada vez mejores. Un saludito!