La misericordia del cuervo, de Margaret Owen

Opinión personal:

Tenía unas ganas locas de sumergirme en la bilogía de Margaret Owen, su portada y su hipnótica sinopsis me llamaban muchísimo. La misericordia del cuervo nos sumerge en una historia de fantasía juvenil que ha desatado opiniones dispares en la red, pero nadie puede negar que la originalidad y el trabajo de la autora han sido bestiales.

«Ella no quería prender fuego Sabor. Tampoco lo quería el príncipe. Pero, por todos los dioses muertos, un día Sabor sabría que podían hacerlo».

Nos encontramos un mundo dividido en doce Castas, cada una de ellas tiene nombre de ave y cuenta con un don especial que les fue otorgado por los dioses. Sin embargo, una de estas castas es repudiada, no tiene don y solo se la reclama cuando hay alguien a quien impartir el alivio de la muerte a su sufrimiento y retirar su cuerpo para que no infeste al resto con la enfermedad mortal a la que llaman plaga: la casta de los Cuervos.

Los Cuervos van de un sitio a otro depende sean reclamados. No tienen un lugar en el mundo y solo se los tolera porque son inmunes a la plaga y pueden encargarse de los infectados. Cada vez que cumplen con su cometido, la ciudad les paga por sus servicios con aquello que creen justo, una cantidad irrisoria por la que apenas pueden replicar.

Fie, nuestra protagonista, pertenece a una bandada de Cuervos y está destinada a convertirse en Jefa, un destino del que no está convencida de desear. Sin embargo, la han criado para eso y no conoce el mundo más allá de lo que significa ser una Cuervo. Por ello, la llegada del príncipe Jasimir y su guardaespaldas Tavin darán un giro inesperado a su vida.

De pronto, Fie se encontrará presa de un juramento difícil de cumplir y de una aventura donde los peligros acechan en cada esquina, aunque el más peligroso será el que nazca de su corazón.

«Los dos habían tenido miedo. Los dos habían estado equivocados. Supuso que eso significaba que ambos habían sido unos tontos, al menos esta vez».

Como dije en un principio, la originalidad de la historia es genial. Los personajes, la magia, el mundo… todo está diseñado hasta el detalle. En cambio, el modo en el que se refleja es bastante confuso. No podía leer más de tres capítulos seguidos porque la cabeza me explotaba y terminé con la sensación de haberme perdido muchas cosas y eso que la trama principal se puede resumir en una frase: la huída de Fie con Jasimir y Tavin para que las Adelfas y la Reina no los encuentren.

También se cae en algunos pasajes que aportan poco o pecan de pensamientos repetitivos de la protagonista que nos sacan un poco de contexto. A mí, desde luego, me hacían desconectar. Sin embargo, luego contabas con escenas llenas de acción o con ese romance que se va cociendo a fuego lento y terminas atrapada. Una de cal y otra de arena, eso es lo que sentí con esta novela.

 «A una legua de distancia, un hilo de humo rojo llamaba a la misericordia de los Cuervos. Era hora de que una jefa respondiera».

El final da un giro de tuerca que me obliga a leer su segunda parte, espero hacerlo muy prontito. La verdad es que quiero releerlo, creo que le puedo sacar muchísimo más jugo a esta historia. ¿Os imagináis el hacer magia través del uso de dientes? Así es, dependiendo de qué casta fuera la persona de ese diente, harías un hechizo u otro. Es que tiene toques y detalles tan originales que no podría hacer otra cosa que recomendarlo a los adictos a la fantasía, eso sí, también os aconsejo que lo leáis con calma saboreando las páginas, pues aunque son algo lentas, dan mucho de sí.

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