Incertidumbre, de Miguel Alcantud

Opinión personal:

Soy una fiel seguidora del trabajo de Miguel Alcatud, director de grandes éxitos como El internado, Estoy vivo o El ministerio del tiempo, por eso cuando me encontré con esta novela sentí la necesidad de hincarle el diente. La verdad es que se respira su toque en la ambientación, los personajes y la trama. Una historia que, al igual que me ocurre con Estoy vivo, no sabría clasificar en un género concreto porque es un cóctel de muchos decorado con emociones. Típico de su magia.

«A pesar de la incredulidad de Marsias, en ese momento consideré que había sido un magnífico día. Había hecho las paces con las visiones y había conocido a mi abuelo.» 

Pero vamos a ver mejor de qué trata la esta novela antes de seguir analizándola:

La historia nos presenta a Susana y Matías, una joven pareja que de pronto se encuentra con un piso enorme en el centro de Madrid. Una oportunidad de mejorar su nivel de vida y un secreto oculto que hará tambalear los cimientos de esa relación.

El piso pertenecía a Vivi, la abuela de Susana, quien decide mudarse a una residencia y regalar su piso a su única nieta. Susana al principio se siente un poco extraña, aunque no tarda en hacer la vivienda suya, a fin de cuentas, creció entre esas paredes. Sin embargo, pese a haber pasado tanto tiempo viviendo ahí, jamás hubiese podido imaginar lo que le esperaba.

«Así que estaba sola en esto.» 

Todo comienza con una visión, la primera de muchas que comenzarán a contarle una historia. La historia de su abuela. Un pasado que se mezcla con su futuro tintándolo todo de Incertidumbre. 

La novela se va tejiendo con maestría y nos regala un montón de temas importantes a tratar: maltrato, relaciones de pareja inestables, descubrimiento personal, infidelidades… Todo ello se lleva bajo el punto de vista de la protagonista, quien con un humor especial nos irá paseando por las páginas.

Como dije, no tenemos un género claro en el que poder definirla. La presencia de fantasmas o de visiones del pasado deberían tirar hacía el terror, ¿no? Pues no, más allá de lo descolorada que se siente la protagonista en un principio, la veremos acostumbrarse a su nueva situación e incluso disfrutarla, pues le permite conocer el pasado de su abuela que, a fin de cuentas, es su historia familiar.

La pluma del autor es ligera y adictiva. El libro no alcanza las trescientas páginas y se lee en una sentada gracias a la ausencia de pesadas descripciones y el uso de diálogos frescos, divertidos y cercanos. Los personajes podrían ser fácilmente nuestros vecinos o algún amigo. Además, la escasez de escenarios me hace pensar en una posible adaptación a la pantalla, a fin de cuenta, ya sabemos quién es Miguel Alcantud.

«La visión desapareció, pero yo permanecí al menos media hora sentada en el suelo sin moverme. ¿Qué se suponía que tenía que hacer después de eso?» 

Mi principal pero es el final. Es que es inesperado y cierra la historia a la par que no lo hace. Es uno de esos giros propios del director que nos deja con el corazón encogido y con esa inseguridad con la que no sabríamos si nos gustaría o no que hubiese una segunda entrega, pues si volvemos hacia atrás veremos que ese final correcto, pese que me deje dudas con respecto a ¿y ahora qué?

Sé que no me he explicado demasiado bien, pero es difícil hacerlo sin soltar un temido spoiler, por lo que os invito a leerlo y descubrirlo por vosotros. 

FotoReseña: