A todos los chicos de los que me enamoré – Crítica de cine

Opinión personal:

Imagina que cada vez que te has enamorado de alguien has escrito una carta para plasmar esos sentimientos que te consumían. Imagina que has guardado esas cartas durante años en silencio. Ahora, imagina que todas esas cartas se envían.

Es una historia de nuestro protagonista. Quien de repente descubre que todos sus secretos han salido a la luz. Pero eso no es lo peor, pues con esos secretos danza millones y millones de sentimientos que ella guardaba en sus cartas. Cartas que nunca deberá ser enviadas. Cartas presentes en horarios nunca debieron recibir.

Con sus sentimientos descubiertos y muerta de vergüenza, Lara deberá dar explicaciones a cada uno de los chicos. Un viaje al pasado donde recordará el momento y los motivos por los que se enamoró de cada uno de ellos. Aunque, sin duda, dar explicaciones de sus sentimientos a Josh, el ex novio de su hermana, será el auténtico calvario.

Lara llega un acuerdo con Peter, con uno de los destinatarios que también tuvo su carta, para fingir una relación para alejar a Josh, de quien todavía está enamorada. Ese trato firmado de forma inocente, despertará sentimientos en nuestra protagonista que nos hará reír y emocionarnos. Pues ni Lara ni Peter verán venir una de las historias de amor más bonitas que he tenido el placer de conocer.

Hace unas semanas terminé de leer la tercera entrega de esta trilogía y quedé con muy buen sabor de boca. Un cóctel de dulzura e inocencia son los principales elementos que decoran el camino hacia la madurez que siguen nuestros protagonistas. Os prometo que esta novela se coló directamente en mi corazón.

Os dejo por —aquí— la reseña de la trilogía literaria de Jenny Han.

Si hablamos de la adaptación cinematográfica, puedo decir es que tiene más que satisfecha. Considero que la productora ha hecho un muy buen trabajo pues desde los espacios hasta los personajes todo era básicamente como yo imaginaba.

No esperes encontrar una trama complicada, al contrario, pues lo que encontramos en este film es una historia muy sencilla. Una de esas historias que nos transporta a nuestra época y de instituto donde todas nuestras decisiones parecen ser de vida o muerte. No os voy a mentir, la trama está repleta de clichés y conceptos que tenemos más que vistos. Sin embargo, la dulzura, la sencillez y la peculiaridad de nuestra protagonista harán que los minutos que dura la película terminen siendo adorables.

El elenco de personajes es más que acertado. Lana Condor es la Lara Jean que veía en cada página. No me imagino a otra chica en este papel. Sus ojos derrochaban la dulzura y las peculiaridades de este personaje con maestría. Noah Centineo se encarga de dar vida al protagonista masculino, Peter Kavinsky, el cual terminó enamorándome. En pantalla los dos juntos eran pura ternura.

Entre los personajes secundarios destaca Janel Parrish, quien una vez más demuestra su potencial pese a tener muy poquitos minutos en pantalla. Es cierto que en los libros no tiene mucha más presencia, aunque admito que me hubiese gustado que se tomasen alguna licencia para tenerla más presente.

A todos los chicos de los que me enamoré se ha posicionado como uno de los films más exitosos de Netflix. Según informa la plataforma, se trata de la película con más vistas y repeticiones constantes, lo cual deja ver el gran trabajo que realizó Susan Johnson en su dirección.

Tenemos confirmada la adaptación de la primera secuela. Recordemos que la trilogía está compuesta por: A todos los chicos de los que me enamoré, P.D. Todavía te quiero y Para siempre, Lara Jean.

Sobre la fotografía, de ambientación, la música… tengo mucho que decir. El resultado final de la película está bastante aceptable. No destaca por ser una producción de presupuesto astronómico, ni por saltase la partitura original de la autora. ¿Se toma ciertas licencias? Sí, pero en conjunto considero que nos encontramos frente a una adaptación bastante fiel que cumple su objetivo: entretener y permitirnos pasar un buen rato en familia.

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