Todo va bien en la vida de la talentosa Bea hasta que, en la misma semana, descubre que su novio se ha enrollado con una de las presentadoras más guapas de la tele y que ha sido despedida del trabajo. Sin saber qué hacer con su vida, la joven decide abandonarlo todo y volver a su pueblo natal para reencontrarse con su familia. Allí tendrá que aprender a convivir con sus tres hermanos, su extravagante madre, su padre ausente y un vecino misterioso.
El reparto es ideal para la historia. Creo que la producción no podría haberlo hecho mejor en la elección de actores. Los recuerdos que tengo de la novela, la cual leí hace años, son un poco difusos, pero Clara Lago y Alex García Fernández son perfectos para dar vida a los protagonistas. Además, la química que tenemos entre ellos es palpable.
Los detalles han sabido plasmarse con acierto. ¿Recordáis el cochazo rosa que protagonizaba la portada de la novela de Laura Norton? Pues es una pasada verlo en la película y, al igual que el coche, el resto de elementos se reflejan dejándonos una buena adaptación.
La historia es entrañable. La moraleja principal es el conocido Carpe Diem. Disfrutar el momento es lo que todos deberíamos hacer y, en ese terreno, la película nos da una buena lección.
Emociones a flor de piel. Sí, en esta película descubriremos que los personajes pasan por diferentes momentos duros, algunos muy duros, pero siempre tendrán la fortaleza de apoyarse en los demás con una pincelada de humor que terminaremos envidiando. Deberíamos aprender de ellos, todos debemos afrontar situaciones difíciles, pero siempre será mejor si lo hacemos con una sonrisa.
La peculiaridad de la película. Cada uno de los elementos son especiales y únicos. Los personajes, la trama, los escenarios, las relaciones familiares… Es una película perfecta para disfrutar en familia y, pese a que tiene momentos muy duros, también es muy divertida.
Os invito a que leáis la crítica completa y le dais una oportunidad a la historia. Tanto la película como el libro os encantarán.
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