Bienvenidos a las complicaciones de la vida, a la familia, al amor... Y a la realidad de que, a veces, das un paso adelante... y luego dos atrás.
La beca que puso a Nora Stuart en el camino de convertirse en médico especialista fue un paso adelante. Que la atropellaran y descubrir que su novio flirteaba con la doctora cuando la creía moribunda fueron dos pasos atrás. Y menudos dos pasos.
Destrozada, Nora siente que su vida se resquebraja. Solo hay un sitio adonde ir: a casa. Pero la pequeña comunidad de Maine que dejó hace quince años no es que la reciba con los brazos abiertos. En cada esquina se topa con alguien que la culpa de algo sucedido hace años en el pequeño pueblo de la isla Scupper.
Su madre, una isleña dura, siempre se ha mantenido distante; su hermana, una chica rebelde, está en la cárcel y, por eso, no puede ocuparse de su hija, una joven que se muere de ganas por irse de allí, como hizo ella una vez. Nora no lo tiene fácil para aprovechar la que tal vez sea su última oportunidad para unir a la familia.
Pero al tiempo que muchas relaciones a su alrededor se rompen, otras, de manera inesperada, se refuerzan.
1º Razón:
La familia. Las novelas de Kristan Higgins suelen brillar por sus lazos familiares. En esta ocasión, nos encontraremos con unos lazos prácticamente deshechos y los veremos unirse y reconstruirse de un modo que nos enseña que todo es posible siempre que quede cariño.
2º Razón:
La ambientación. Visitar cada rincón de esa isla y acompañar los paseos de los recuerdos de la protagonista ha sido toda una gozada. Sin embargo, no puedo dejar de pensar en la casa que alquila a su regreso. ¡OMG! Necesito una casa como esa.
3º Razón:
El amor no es tema principal. En este caso, el amor sentimental se relega a un plano más secundario. Es algo importante, pues toda historia debe tener su pequeña dosis de romance, pero no es vital para el transcurso de la historia.
4º Razón:
El humor. Toda novela de Kristan Higgins cuenta con una dosis especial de ironía y sarcasmo que nos hará reír en más de una ocasión. Disfruto como una enana leyendo esas escenas absurdas, pero totalmente creíbles, donde los personajes aprenden y nos enseñan a tomar la vida con humor pase lo que pase.
5º Razón:
Es adictiva. Una vez conozcas a sus personajes, no podrás soltar el libro hasta llegar al final, pues al finalizar cada capítulo solo tendremos ganas de más. De seguir conociendo, de seguir disfrutando y de seguir enamorándonos de su maravillosa y divertida prosa.
Os dejo por aquí la reseña completa del libro. ¿Lo conocíais? ¿Le daríais una oportunidad?