Caymen Meyers aprendió de muy pequeña que no se puede confiar en la gente rica. Y después de años estudiándolos detrás de la caja registradora de la tienda de muñecas de porcelana de su madre, nada le demuestra lo contrario. Un día Xander Spence entra en la tienda. Es alto, guapo y extremadamente rico. A pesar de su encanto y el hecho de que parezca ser la única persona que la comprende, Caymen sabe que su interés por ella no va a durar. Porque esa es precisamente una de las cosas que aprendió de su madre: la atención de los ricos se desvanece rápidamente. Pero justo cuando la lealtad y el afecto de Xander están a punto de convencerla de que ser rico no es un defecto, Caymen se da cuenta de que el dinero jugaba un papel mucho más importante en su relación de lo que pensaba. Con tantos obstáculos en su camino, ¿serán capaces de recorrer la distancia que los separa?
Su realismo. Conseguí creerme cada una de las palabras y los sucesos que se narraban. Nos encontramos frente a una novela tan sencilla y tan cercana que sentí cada una de sus páginas.
Los personajes. Podría decir que conocí a una de mis parejas favoritas de la literatura juvenil. Adoré a Caymen con su ironía, su sarcasmo y su forma de enfrentarse a la vida. Sin embargo, cada vez que Xander aparecía en escena notaba como la página se completaba. Cada uno es un complemento perfecto para el otro, a pesar de su diferente forma de vida. Amor, ternura y diversión, así es esta pareja cuando aparece junta en escena.
El trasfondo de la historia. El tema económico es algo en lo cual muchas novelas basan su trama para separar a sus protagonistas. En este caso, Kasie West, lo trata con realismo y sencillez, de una forma que sabes que está ahí y que supone un problema, pero que sus personajes dan prioridad a otras cosas sin permitir que se imponga.
La ambientación. Una tienda de muñecas, un lugar que agobia a la protagonista de esta historia por el temor a que sea su futuro, pero que yo terminé adorando. Se describía cada pequeño rincón con sutileza hasta el punto de situar al lector dentro del lugar.
La pluma de Kasie Wes es maravillosa. Ágil, sencilla, dulce, tierna… Destacaría sus diálogos divertidos y coloquiales y le añadiría un plus por la adicción que genera en el lector. Yo no pude soltar el libro hasta que llegué al final.
A continuación, os dejo el enlace a la reseña completa por si queréis saber algo más de esta maravillosa historia: -RESEÑA-
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