Cuando Harry encontró a Sally es una película ideal para estas fechas, y por ello, os dejamos su Top Frases.
Sally: Bien, si quieres saberlo. Te diré que rompimos porque él era muy celoso y yo tenía unas bragas con los días de la semana.
Harry: Perdona. Tiempo muerto. ¿Tú tenías unas bragas con los días de la semana?
Sally: Sí. Tenían escritos los días de la semana y me parecieron muy graciosas. Pero un día Sheldon me dijo: “Nunca llevas las del domingo” Y empezó a sospechar: “¿Dónde están las del domingo? ¿Dónde has dejado las del domingo?” Se lo expliqué pero no me creyó.
Harry: ¿El qué?
Sally: No se llevan el domingo.
Harry: ¿Por qué no?
Sally: Porque es el día del señor.
[...]
Harry: Quiero decir que… Y eso no es una artimaña de ningún tipo, forma o manera. Que los hombres y mujeres no pueden ser amigos, porque siempre se interpone la parte sexual.
Sally: Estás equivocado, yo tengo muchos amigos varones y para nosotros el sexo no cuenta para nada.
Harry: No es cierto.
Sally: Sí es cierto.
Harry: No es cierto.
Sally: Sí es cierto.
Harry: Sólo tú crees que es así.
Sally: ¿Insinúas que me acuesto con todos mis amigos sin ni siquiera saberlo?
Harry: Lo que insinúo es que todos ellos quieren acostarse contigo.
Sally: No es cierto.
Harry: Sí es cierto.
Sally: No es cierto.
Harry: Sí es cierto.
Sally: ¿Y tú cómo lo sabes?
Harry: Porque ningún hombre puede ser amigo de una mujer a la que encuentra atractiva siempre quiere acostarse con ella.
Sally: O sea que según tú, un hombre sólo puede ser amigo de una mujer si no la encuentra atractiva.
Harry: No. Tú también puedes querer acostarte con ellos.
Sally: ¿Y qué pasa cuando no quieren acostarse contigo?
Harry: Eso no importa. Porque el sexo siempre está presente, por lo que la amistad se ve condenada. Y ese es el fin de la historia.
Sally: En tal caso, tú y yo no seremos amigos.
Harry: Supongo que no.
Sally: Es una lástima. Eres la única persona que conoceré en Nueva York.
Harry: ¿Pasarás la noche aquí?
Sally: Sí.
Harry: ¿Quieres cenar conmigo? Solo como amigos.
Sally: Pensaba que tú creías que un hombre y una mujer no podían ser amigos.
Harry: ¿Cuándo he dicho es?
Sally: En el viaje a Nueva York.
Harry: No, no, no. Yo nunca he dicho eso. […] Sí, tienes razón. No pueden ser amigos, a menos que estén comprometidos con otra persona. Entonces sí. Es una enmienda a la anterior regla. Si cada uno está comprometido, la posibilidad de una relación entre ellos se desvanece. No tampoco da resultado porque la persona con la que mantienes la relación no entiende porqué necesitas ser amigo de otro de sexo contrario, ya que eso significaría que la relación adolece de algo y lo buscas fuera de dicha relación. Y cuando dices “no, no, no es cierto, nuestra relación no adolece de nada.” La persona con la que mantienes la relación te acusa de sentirte atraído en secreto por otra que solo amiga, cosa que quizá sea cierta. Pero, en fin. ¿A quién queremos engañar? Admitámoslo. Lo que nos lleva a la primera regla antes de la enmienda: que dice que los hombres y las mujeres no pueden ser amigos. ¿Quedamos para esta noche?
Sally: Harry.
Harry: ¿Qué?
Sally: Adiós.
Harry: De acuerdo. […]Yo me detendré, tú sigue andando, ¿vale?
Harry: ¿Tú no tienes un lado pesimista? […] Ya, tú debes de ser de esas chicas que dibujan corazones en los puntos de las “ies”
Sally: Puedo ser tan pesimista como cualquier otra persona.
Harry: Ah, ¿en serio? Cuando me compro un libro siempre leo primero la última página y así si me muero antes de terminarlo, sé cómo acaba. Eso, colega, es ser pesimista.
Sally: Pero no significa que seas profundo. Yo sí, prácticamente soy una persona feliz.
Harry: Yo también.
Sally: Y no veo que haya nada de malo en ello.
Harry: Oh, estás demasiado ocupada siendo feliz. ¿Piensas en la muerte?
Sally: Sí.
Harry: Apuesto a que sí. Un pensamiento fugaz que entra y sale de tu mente. Yo le dedico horas, incluso días.
Sally: ¿Y por eso eres una persona mejor?
Harry: Escucha, cuando ocurra lo peor, yo estaré preparado y tú no. Eso es lo que quiero decir.
Sally: Y mientras vas a amargarte la vida, esperando que ocurra.
Harry: Es tan agradable estar sentado con alguien sin necesidad de hablar.
Señora: Tomaré lo mismo que ella.
Harry: Te quiero cuando tienes frío estando a 21 grados. Te quiero cuando tardas una hora para pedir un bocadillo. Adoro la arruga que se te forma aquí cuando me miras como si estuviera loco. Te quiero cuando después de pasar el día contigo, mi ropa huele a tu perfume. Y quiero que seas tú la última persona con la que hable antes de dormirme por las noches. Y eso no es porque esté solo, ni tampoco porque sea nochevieja. He venido aquí esta noche porque cuando te das cuenta de que quieres pasar el resto de tu vida con alguien, deseas que el resto de tu vida empiece lo antes posible.
Sally: ¿Te das cuenta? ¡Eso es muy propio de ti, Harry! ¡Me dices todas esas cosas y haces que me resulte imposible odiarte! Y yo te odio, Harry. Te odio con todo mi corazón. Te odio.