El cuco de cristal, de Javier Castillo

Ficha técnica:

Opinión personal:

Javier Castillo es uno de mis autores clave cuando se trata de thriller. Sus historias son súper adictivas porque cuentan con los ingredientes necesarios: capítulos cortos, personajes cercanos y un sin fin de misterios que se desgranan como un puzzle a los ojos del lector.

El cuco de cristal vuelve a presentarnos todos estos elementos, aunque para mí quedaron un poco cojos en su ejecución. Tenía un potencial sublime, el trabajo de investigación del autor es una pasada y lanza hilos que ansían ser conectados. Vamos a conocer un poco más sobre la trama.

Cora es una estudiante de medicina que está a punto de comenzar su especialización cuando sufre un infarto. Su corazón ha dejado de latir y solo un transplante logra mantenerla con vida. La muerte de una persona evita la suya, un hecho que no puede olvidar.

Ansiosa por saber más sobre el donante, termina en Steelville, un pueblo del estado de Misuri, donde pasará unos días con la familia de Charles, el dueño de su nuevo corazón. La muerte de Charles fue muy repentina, un accidente de tráfico que deja deshecha a su madre y completamente desconcertado a su hermano.

Cora desea conocer quién fue Charles y espera que su presencia alivie un poco el dolor de esa familia, sin embargo, nada más llegar, la desaparición de un bebé la obliga a involucrarse en una investigación para la que no está preparada. De la mano del Jack, el hermano de Charles, descubrirá que esta desaparición está relacionada con otras acontecidas hace años, entre ellas, la de Edwyn Finley, el padre de los chicos.

¿Logrará Cora llegar hasta el fondo del asunto o su reciente operación le frenará los pasos?

La novela cuenta con todos los ingredientes que el autor sabe darnos. Tiene un toque especial para mantener al lector atrapado y sí, eso nos ayuda a alcanzar el final, porque admito que llegué a la mitad de la historia sin tener muy claro qué era lo que estaba buscando. Tenemos varios frentes abiertos, varias líneas temporales y un puñado de misterios, pero misterios que pertenecen a un pasado. A casos cerrados que, sin saber muy bien cómo, se remueven de repente.

La relación entre Cora y Jack es tan precipitada que cuesta mucho creérsela, por suerte no es el eje principal. Creo que el tema del transplante está llevado con maestría, podemos sentir el miedo de Cora e incluso el modo en el que se acelera cuando la situación se pone difícil. Comprendemos su necesidad de buscar respuestas, de conocer quién fue Charles y de querer acercarse a su familia. Pero no creo que una persona tan responsable y coherente como es ella, se sume a ciertas situaciones con el transplante tan reciente.

Por otro lado, El cuco de cristal cuenta con un trasfondo que da vida a ese título. Se trata de una historia que me dejó eclipsada y que no termina de brillar porque, sencillamente, queda en el olvido. A eso también hay que sumarle un final algo precipitado, aunque cierra súper bien la historia individual de cada personaje.

En definitiva, nos encontramos con una novela entretenida que se lee en un suspiro, pero que carece de la tensión y el suspense al que el autor me tiene acostumbrada. Vengo de La chica de nieve, novela que está triunfando con su adaptación en Netflix y que a mí me tiene enamorada.

FotoReseña: