Gracias a TITANIA, por este ejemplar.
Una amistad, dos corazones heridos y un montón de secretos que pueden cambiarlo todo.
Madison y Aiden han sido amigos desde siempre. De niños compartían juguetes, y más tarde, al crecer, los cambiaron por estrellas. Pero Aiden esconde secretos y, cuando un día desaparece de Roadhill sin siquiera despedirse, Madison se esfuerza para no creer ninguno de los rumores que corren por el pueblo.
Tras casi dos años de ausencia, Aiden reaparece y Madison no puede creerse que esté de nuevo allí. Sin embargo, no parece quedar nada del chico que ella conocía; ya no hay sonrisas, estrellas ni nada de la complicidad que compartían tiempo atrás. En su lugar, mantiene las distancias, luce varios tatuajes y una mueca que nada tiene que ver con la sonrisa repleta de hoyuelos que ella recordaba; y no ayuda demasiado que de repente parezca más alto y muchísimo más atractivo. Además, Madison tampoco es la misma chica que solía ser. Ahora también ella guarda un terrible secreto.
En la vida de Aiden solo ha habido una constante: Madison Harper, su vecina y mejor amiga. Tras pasar una temporada alejado de ella, se ve obligado a regresar a Roadhill. Y a pesar de sus intenciones, mantenerse al margen de todo lo relacionado con su antigua vida va a ser mucho más difícil de lo que esperaba.
A veces, lo único que deseas es que alguien te abrace tan fuerte como para recomponer los pedazos que quedan de ti. Que nada haya cambiado aunque todo sea diferente. Y, sobre todo, que las estrellas vuelvan a brillar con tanta intensidad que por fin todo deje de doler.
Victoria Vílchez vuelve con una historia que hará las delicias para los amantes del género este verano. Es una historia sencilla que nos deja un cóctel de emociones cuyos principales ingredientes son: el amor, la amistad y la superación del pasado. Prepararos para enamoraros de los personajes, se cuelan bajo nuestra piel sin que nos demos cuenta.
«Ojalá el abrazo de alguien pudiera recomponer los pedazos de nuestra alma; de ser así, no hubiera dejado de estrechar a Aiden entre mis brazos jamás.»
La historia comienza en un tejado. Sí, en un tejado donde Aiden y Madison comparten confesiones. Su amistad es tal que les ciega la posibilidad de ver que sus sentimientos van más allá, pero la vida les tiene preparados rumbos diferentes y superar lo que está por llegar será imposible si no logran volver a unir sus caminos.
Así es como comienza esta novela, la autora nos pone el caramelo en la boca, con una amistad preciosa en la que podemos ver que hay mucho más, y luego nos lo quita dando un salto en el tiempo de casi dos años donde el mundo de nuestros protagonistas ha cambiado.
Madison sigue sin comprender los motivos por los que un día su mejor amigo desapareció. Sin llamada alguna o forma de contactar con él, esta joven ha pasado por una experiencia traumática que sigue luchando por superar. Le hubiese gustado contar con Aiden, por eso cuando aparece repentinamente en clase su mundo se pone del revés. Porque él es el único que puede devolver la luz a su cielo.
Aiden un día tuvo que marcharse de Roadhill sin despedirse. Los recuerdos de la joven con la que compartía ese rinconcito en el tejado contando estrellas y confidencias lo persiguen. No ha podido olvidarla y, cuando se ve obligado a regresar, le resultará imposible mantenerse alejado de ella. Pues siempre ha sido su mejor amiga. Madison siempre ha tenido un lugar privilegiado en su corazón.
«No necesitas ser mejor de lo que eres, Aiden. Ya eres más. Eres tú, y eso es lo único que cuenta.»
La historia cuenta con una sencillez abrumadora que nos lleva a pasear de la mano con los personajes sin que perdamos un ápice de su esencia. Narrado a dos voces, podremos entrar tanto en la cabeza de Aiden como en la de Madison e ir formando el puzzle de lo que ha ocurrido durante esos dos años en los que han estado separados.
Ambos están rotos y desprenden ternura al tratar de apoyarse el uno en el otro dejando a un lado sus propios problemas. No solo nos encontramos con una preciosa historia de amor en la que todos vemos los sentimientos danzando por las páginas, todos excepto ellos, sino también viviremos la fuerza de la verdadera amistad. Esa amistad incondicional que pone al otro por encima, que lo cuida y lo protege aunque su propio corazón llore en silencio.
Algo que me gustó mucho es el modo en el que la autora nos habla de la ansiedad. De cómo en un momento dado podemos vernos bien y al siguiente enloquecer. El apoyarse en la gente que te quiere y el aceptar la ayuda de profesionales es esencial.
No os voy a mentir, me resultó bastante obvio el secreto que guardaba cada uno de ellos, pero creo que la autora así lo quiso. Si su intención fue que nos enamorásemos de los detalles y de sus personajes, querida Victoria Vílchez, te aseguro que las estrellas brillan en el cielo con muchísima fuerza (cuando leais la novela comprenderéis esta frase jeje).
«No quiero ser perfecta ni que tú lo seas. Me basta con iluminar tu cielo cuando lo necesites. Tú solo preocúpate de seguir iluminando el mío.»
Si buscáis una historia sencilla, pero cargada de emociones: Cada estrella de mi cielo es para vosotros y saldrá a la venta el próximo 15 de junio. La prosa de la autora nos subirá en una montaña rusa de emociones donde la trama avanza pese a los problemas porque esos problemas pasan a un segundo plano cuando Aiden y Madison respiran el mismo aire.
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