Gracias a Plaza y Janés, por este ejemplar.
Una gota de sangre ha acabado con todo. En su lugar se alzará algo extraordinario.
Año Nuevo, Escocia. Una familia de cazadores se contagia de un virus procedente de la sangre de un faisán. Regresan a casa convertidos, sin saberlo, en transmisores de una misteriosa plaga que causará millones de víctimas a una velocidad imparable.
Mientras las personas enferman y mueren, el terror y la locura se extienden por todo el planeta. Pero entre las ruinas y el caos hay un destello de esperanza: un grupo de supervivientes en apariencia inmunes al germen emprende un viaje hacia lo desconocido. Ninguno sabe si el periplo acabará en algún momento, ni si habrá supervivientes. Lo único que saben es que algunos de ellos han desarrollado extraños poderes que tal vez puedan ayudarles a instaurar un nuevo orden.
Porque si ha llegado el final, lo siguiente es un nuevo comienzo.
Año uno, de Nora Roberts, llegó a mí porque salió elegido para una lectura conjunta con dos personitas muy especiales. El tema es que esperábamos algo completamente diferente de lo que ha terminado resultando y creo que no nos ha pasado solo a nosotras. Lo que parecía ser una historia apocalíptica de lo más “normal” —contando con que el apocalipsis fuese algo normal—, terminó como un mundo nuevo lleno de magia y seres especiales.
Cuando esté listo, y solo han pasado un par de semanas, le sacaré de la ciudad. Me lo llevaré de aquí y buscaré un lugar despejado. Y allí nos levantaremos por la mañana y haremos lo que haya que hacer. Nos forjaremos una vida, porque la muerte no es lo único que puede haber. —Miró fijamente a Arlys—. Esto no va a ser el final —dijo, repitiendo sus palabras—. No vamos a permitir que sea el final.
La historia comienza con la llegada del virus conocido como El Juicio Final. Este virus se extenderá con una rapidez insospechada por todo el mundo, y es que no existe cura. Ni forma de detenerlo.
Los contagiados comenzarán a morir a los pocos días de contraerlo hasta reducir a la población a unos puñados de supervivientes repartidos por todo el mundo. ¿Qué tienen ellos para no haber sucumbido a esa muerte tan agónica? Esa pregunta será la que mantenga a nuestros protagonistas en alerta mientras intentan dar con sus familiares perdidos con una pequeña llama de esperanza.
El caso es, que comienzan a formarse comunidades dispuestas a sobrevivir y a ayudar aceptando este nuevo mundo. Un mundo donde comienzan a despertar poderes dentro de algunas personas. Un mundo donde hadas, duendes, brujos… se extenderán por la faz de la tierra intentando comprender qué les está pasando. El problema viene con que al igual que llega luz con esa magia, también lo hace la oscuridad, pues no todos están preparados para vivir en armonía tras El Juicio Final.
Es la primera vez que tengo el placer de leer a Nora Robers, la verdad es que llevo detrás de ponerme con sus novelas mucho tiempo, pero parecía que el momento nunca llegaba. El caso es que no esperaba esta historia para nada. La novela comienza de una forma real y poco a poco va dando ese giro mágico en el que comienzan a salir brujos, hadas, duendes… Un mundo lleno de magia que terminó enganchándome un montón.
—La naturaleza humana es como es —murmuró Arlys—. Y también la sobrenatural. Tener poderes no te inmuniza contra ser violento. Solo lo lleva a otro plano. ¿Qué coño hacemos si establecemos leyes y uno de nuestros sobrenaturales las viola?
Los personajes son una auténtica gozada, pero tengo que admitir que son tantos que me perdí en varias ocasiones. Aun así, con el paso de las páginas se van perfilando, vamos descubriendo los que son protagonistas (pues no es la típica novela en la que se identifican en los primeros capítulos) y los que van quedando en un plano un poco más secundario.
El objetivo parece claro, pero al igual que los personajes tampoco lo es. Andaremos a oscuras de la mano de nuestros protagonistas con este nuevo mundo. Viviremos aventuras, situaciones límite y sentiremos el peso en sus corazones cada vez que tengan que tomar una decisión radical.
Me ha fascinado leer el amor y la bondad que nace entre las personas tras una desgracia de tal magnitud. La esperanza de sobrevivir y de hacerlo junto a otros como ellos es algo que llena el corazón del lector. Sin embargo, también surge oscuridad, malas acciones, miedo, odio… El odio hacia lo desconocido, hacia esos seres especiales o hacia ser uno de ellos.
—No importa lo que tú quieras, sino lo que hay. Tú tienes la llave. Levántate, ve hacia el norte. Sigue las señales. Confía en ellas. Confía en lo que posees y en lo que eres, Lana Bingham. —La mujer sonrió al decir su nombre y a Lana le invadió una súbita sensación de reconocimiento que se esfumó—. Tienes todo lo que necesitas. Utilízalo.
El final nos deja unas gotitas de esperanza con un epílogo que nos anuncia lo que está por llegar. Año uno tan solo es la primera entrega de una trilogía. Con una pluma ligera, sencilla y muy adictiva, viviremos cada uno de los episodios con intensidad, esperando los giros, las respuestas… Temiendo por la vida de los personajes. Sin lugar a dudas, espero ansiosa su continuación.
| Vista previa | Producto | Valoración | Precio | |
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