Aída: “Lo importante de las comparativas es que no tiene comparación, y el que diga lo contrario miente”.
Luisma: “La Macu y yo hemos quedado para ir a ver un piso piloto y hay que ir antes de que despegue”.
Barajas: “Vamos a estar juntos mañana, tarde y noche: los ocho días de la semana”.
Chema: “Tú y yo somos muy diferentes, y no me refiero a que a los dos nos gusten distintos tipos de chocolate”.
Luisma: “Paz, que soy una galleta… necesito mojar”.
Aída: “Con este culito de mulata es lógico que todo el mundo se fije en mí”.
Eugenia: “¿Por qué coño no le haría caso a tu padre y te llevé a un orfelinato?”.
Luisma: “¿Y por qué no lo iba a entender? ¿Qué pasa?, que el Luisma es tonto, ¿no? El Luisma se ha metido de todo y se ha quedado tonto. A los tontos se les explican las cosas y como que no se enteran de nada. ¿Me puedes repetir la pregunta por favor?
Eugenia: “¡Niña!, o me llamas al móvil o me pruebo todos tus tantas”.
Lorena: “Mira mi jersey nuevo. ¿A qué realza el color de mi pelo? ¿A que realza el color de mis ojos? Y lo más importante… ¿A que realza las tetas?”.
Mauricio: “¿Tú no has oído hablar de la publicidad seminal?”.
Eugenia: “No te metas con tu hermano que bastante le ha maltratado la vida, porque iba para notario”.
Mauricio: “Tengo que dejar de hacer apuestas, a ver si me voy a convertir en un homeópata de esos…”.
Aída: “¿Un piercing? Déjate de ropita de marca que en el mercadillo hay cosas muy bonitas.
Luisma: “Eres fea, no de que poco agraciada, sino de ¿por qué cojones le han tirado ácido a la cara?”.