Emma deja atrás un infierno al abandonar Weslyn y abandonarlo todo para asistir a la Universidad de Stanford, su sueño desde hace mucho tiempo.
Pero ya no es la chica que era; ahora se esconde bajo la apariencia de una chica fuerte que finge no estar rota por dentro.
Es incapaz de permitirse ser feliz, pero pronto comprenderá que la única forma de seguir adelante y olvidar el pasado es a través del perdón.
La joven tendrá que encontrar una manera de aceptarse y reconocer su propia valía antes de ser capaz de recibir el amor de Evan, un amor que su exnovio está completamente dispuesto a darle para ayudarla a sanar sus heridas por completo y soñar con la felicidad.
La lectura: Nos encontramos con una lectura rápida, atrayente, con la que disfrutamos de la historia como si fuese nuestra propia. La historia es tan vívida y real que la sentimos muy de cerca.
La forma de escribir de la autora: Es una manera sencilla, directa pero muy especial. He podido conectar con la autora en muchos sentidos, y su manera de escribir me ha ayudado a sentir la historia de Emma como si fuese real.
El final: Es un cúmulo de sentimientos. Unos más intensos que otros, pero, a fin de cuentas, todos muy palpables. La verdad que, no esperaba un final de este calibre, y ha sido para mí una verdadera sorpresa.
Sin duda alguna este libro, es un gran final para la trilogía, la autora ha sido un verdadero descubrimiento para mí.
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