Wonder – Crítica de Cine

Opinión personal:

Hoy os traigo una película que ha hecho que se me encoja el corazón.

August es un niño que tiene diez años y tiene la cara deformada debido a un síndrome llamado Síndrome de Treacher Collins. Después de pasar por quirófano unas cuentas veces y ser sometido a diferentes operaciones su cara tiene un aspecto un tanto diferente.

Desde pequeñito, ha sido su madre la persona que se ha encargado de su educación y de enseñarle todo lo que sabe, pero ahora, es momento de que August entre a la escuela y sus padres toman la determinación de apuntarlo a la educación privada.

Al principio, como era de esperar, es muy duro el acoso que nuestro protagonista recibe, ya que sus compañeros le miran de una manera extraña y no lo tratan como a un niño cualquiera, que en ese debería de ser el trato recibido, ya que August es un niño normal, como el resto.

Pero, como era de esperar la bondad de August, le hace conocer a diferentes personas, entre ellas un niño muy especial para él, Jack.

Una de las características de nuestro protagonista es que, cubre su cabeza con un casco de astronauta, y eso le proporciona seguridad y confianza.

En Halloween, nuestro protagonista se disfraza de fantasma y tras un desliz, August podrá escuchar como Julian le pregunta a Jack cual es el interés de la relación que estos comparten, y Jack le confiesa que el director de la escuela se lo propuso y el acepto.

Este, es un palo muy duro para August, ya que, su confianza en la gente había comenzado a aumentar, y de repente, todo se le viene un poco encima y quiere dejar la escuela. Pero ese es el momento en el que su hermana le apoya y le convence para que no abandone y siga si camino como hasta el momento.

La única persona que conoce el secreto del malestar que August tiene con Jack es Sumner, una chica que le guarda el secreto.

Después del tiempo que August pasa separado de Jack, este se da cuenta de que no se juntaba con él por el simple hecho de complacer al director, sino que, realmente lo siente como un amigo, y éste, cuando Julian llama a August monstruo lo defiende dándole un puñetazo y discutiendo con Julian. Y podemos decir que este es el detonante que hace que nuestro protagonista y Jack vuelvan a ser amigos.

Pero a pesar de que su amistad vuelve a ser la misma, August no deja de ser acosado por los diferentes matones de la escuela hasta que el director habla con los padres de Julian y lo expulsa.

Esta película finaliza con un escenario precioso en el que August es elegido el ganador de la medalla “Henry Ward Beecher” por ser el alumno que mas corazones ha levantado con su gran fuerza.

Esta es una película realmente preciosa que a mí me ha hecho llorar y me ha transmitido miles de sentimientos.

Para empezar, es una película muy realista que nos muestra que el Bullying es algo real, que se produce a diario tanto en los colegios como en diferentes lugares de la sociedad, y que hay que actuar en contra de eso.

Si al maltrato ya le sumamos el Síndrome que nuestro protagonista posee es un blanco de burlas que hace que todos se metan con él.

Actualmente y por desgracia, hoy en día, hay muchos niños que sufren diferentes problemas y la sociedad, en lugar de tratar de insertarlos de una manera más positiva y ayudarles en su día a día (pues ya bastante difícil es para ellos), se encargan de luchar en contra de estos para hundirlos.

Pero, la parte buena es que en el mundo siempre podemos encontrar a gente que suma, gente real, con un corazón enorme que va a tratar de ayudar a estas personas a integrarse, que le van a tender una mano y que van a caminar a su lado.

También es cierto que cada vez son más las personas que están concienciadas con estos tipos de síndromes (aunque sean poco conocidos) y van buscando formas de ayudar a estar personas.

Por lo que, esta película es un claro ejemplo de que, vayas donde vayas, siempre va a haber alguien que trata de hacerte la vida imposible, pero que, en el camino, vas a encontrarte con gente buena que haga tu vida más bonita.

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