Gracias a TITANIA, por este ejemplar.
En 1692, una serie de personas fueron arrestadas y acusadas de practicar brujería en Salem. Tras los juicios que se llevaron a cabo, se condenó a veintinueve de ellas y, finalmente, diecinueve murieron ahorcadas. Aunque nadie sabía que, en realidad, los que propiciaron las acusaciones eran brujos blancos, y los condenados a la horca pertenecían a su vez a linajes de brujos oscuros. Hasta ese momento, los aquelarres de ambos bandos habían convivido en equilibro.
Muy pronto se crearían dos escuelas: Abbot, la academia a la que las familias de brujos blancos enviaban a sus descendientes para aprender todo lo relacionado con la magia de creación, y Ravenswood, aquella en la cual estudiaban los brujos entregados a la oscuridad.
Danielle Good es una excepción. Ella es una bruja blanca a pesar de que su antepasada, Sarah Good, fue juzgada y condenada siglos atrás. Aunque su estancia en Abbot debería durar al menos un año más, hasta los diecinueve, está cansada de vivir encerrada entre sus muros. Huérfana de madre y con un padre que apenas le presta atención, decide huir de la escuela acompañada por Dith, su familiar, la única persona que siempre ha permanecido a su lado.
Pero su intento de huida no sale como había planeado y Danielle termina en el único lugar que jamás tendría que haber pisado: Ravenswood. En territorio desconocido y peligroso, Danielle va a descubrir que los brujos oscuros no son los únicos que guardan secretos. Que la luz, en ocasiones, también necesita de oscuridad, y que el equilibrio que una vez se rompió tiene que volver a restablecerse antes de que sea demasiado tarde para todos.
Un linaje oscuro da comienzo a la saga Las crónicas de Ravenswood de una forma brutal. Victoria Vílchez sabe lo que los lectores queremos y nos lo da. Nos encontramos frente a un Dark Academy de esos que creemos que no se escriben en España, pero sí, se escriben y son maravillosamente adictivos.
«A los brujos de Ravenswood se les enseña a defenderse y se les dan las herramientas para ello, porque la persecución que tuvo lugar en Salem jamás ha cesado por completo.»
Los juicios de Salem dividieron a la comunidad mágica en brujos blancos y brujos oscuros. Así nacieron las dos escuelas de magia que imparte valores diferentes y esconde secretos tras sus muros.
La historia nos presenta a Danielle Good, una bruja blanca que se siente atraída por el bando opuesto, aunque ni ella misma es consciente de los motivos, solo siente ganas de ser libre y salir de una vez de la academia Abbot.
Así es como un día decide escapar y, de forma accidental, termina atrapada en Ravenswood, la academia de los brujos oscuros. Allí descubrirá secretos de su pasado que jamás hubiese imaginado y conocerá al enigmático y peligroso Alexander, un joven que puede acabar con todos a causa de la oscuridad que alberga en su interior.
Una bruja blanca y un brujo oscuro, dos mundos opuestos que están a punto de colisionar, pues la única verdad es la inevitable atracción que hay entre ellos.
«Pensé que, tal vez, se tratara de una incipiente amistad; tal vez algo más que eso. O quizás solo se trataba de una despedida.»
Como ves lo primero que nos encontramos es con un enemies to lovers de esos que hacen historia, pero, además, la trama está repleta de misterio, magia, peligro… Si eres amante del género adorarás cada uno de los capítulos, sino lo eres también es ideal para iniciarse.
Lo que más me gusta de la autora es su capacidad para crear personajes. Consigue darles vida de tal forma que basta con leer unas palabras para que identifiques quién las dice. Y si los protagonistas son inolvidables, los secundarios te dejarán huella en el corazón, creo que estos me gustaron incluso más que los propios protagonistas, muestran ese aire desenfadado que otorga un respiro a la tensión que se generaba constantemente.
No tenemos escenas +18, al menos en esta primera entrega, pero como dije la tensión es constante. Un slow burn en toda regla que subirá la temperatura y nos hará suspirar.
En cuanto a la ambientación, es una gozada. Sacrifica largas descripciones por giros y progreso de la historia, algo que en mi opinión se agradece muchísimo. Pero no por ello pierdes detalle de dónde estás. La atmósfera es oscura y se siente, aunque me faltó saber un poco más sobre cómo funcionan las clases o incluso el sistema de magia.
«Quizás Danielle Good y yo no fuésemos tan distintos.
Quizás, como había afirmado Raven, era verdad que nos necesitábamos el uno al otro.»
El ritmo de la historia no decae en ningún momento. Los capítulos son cortos y los diálogos aportan fluidez. Lo único que me resultó algo pesado eran el bucle en el que la protagonista entraba a veces, analizaba demasiado y algunas veces resultaba repetitivo. Aunque entonces llegaban los capítulos narrados por Alexander y yo los devoraba. ¡Me encantan!
Estamos ante un libro de casi 500 páginas que se lee muy rápido porque no dejan de suceder giros y de revelarse secretos. Te aconsejo que lo cojas un finde que tengas libre, porque no podrás dejar de leer.
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