Gracias a Los libros de cristal por este ejemplar.
¡Hola!
Chist, chist… Sí, a ti que estás leyendo estás líneas.
Soy Didie, musa de profesión y con grandes éxitos en mi carrera. Me encanta poner del revés la vida de los acogidos que cuidadosamente selecciono; sí, sí, los elijo yo, y esta esta es una de mis normas más inquebrantables.
Otra es que tienen que hacer todo lo que yo les pida, porque los musas somos así de caprichosas. Es la parte más divertida de mi trabajo. Si vieras cómo me miran al escuchar alguno de mis encargos…
Y la última es que está prohibido enamorarse de mí. A veces mis acogidos se confunden de sentimiento por culpa del enorme influjo que causo sobre ellos, pero hasta ahora no he tenido ningún problema en controlar la situación.
Es una profesión que recomiendo; no por su remuneración, sino por lo emocionante que resulta descorchar la vida de los demás. Además, no tengo más que calzarme unos tacones de varios centímetros de esperanza, vestirme con tus mejores recuerdos, pintarme los labios de un intenso color rojo-promesa… Y dar rienda suelta a la imaginación.
Perdona, pero ahora me tengo que ir porque he quedado en un ratito con William, mi actual acogido. Es escritor, mi especie favorita, y está muy, pero que muy, perdido. La verdad es que se ha convertido en todo un reto, entre otras cosas porque es un cabezota que pretende saltarse todas las normas incluida esa, sí.
Lo primero que quiero hacer es dar las gracias a la editorial “Los libros de cristal” por este maravilloso ejemplar.
Cuando me llegó este libro, no sabía nada de él, en un principio la verdad que la portada me llamó muchísimo la atención, porque no es una portada nada común, pero cuando leí la sinopsis del libro comencé su lectura muy emocionada.
Es un libro que me llamó muchísimo la atención desde el momento en que leí su título, puesto que si es cierto que muchos escritores necesitan a sus musas para que les llegue la inspiración. Y para cada escritor existe una musa diferente, y cada uno de ellos tiene su concepto personal de musa.
Y es por ella, solo por ella, que guía mis dedos sobre las techas hechizándome el alma, alentándome a soñar y permitiéndome vivir mil vidas en una, que os ofrezco esta historia, que espero que también hechice vuestros corazones.
Os cuento un poquito de qué va el libro.
Tenemos a Didie, una chica preciosa que siempre se viste estilo chica pin up, con sus vaqueros altos, sus zapatos de tacón, sus camisas de cuadros anudadas a la cintura y sus pañuelitos en la cabeza a modo de diadema.
Didie es una chica sin ningún tipo de complejos, pero ella no es una chica normal, ella es una musa. Y una de las cosas que caracterizan a las musas es que tienen que comer mucho dulce, por lo que Didie se pasa el día comiendo cosas con mucho azúcar. Se puede decir, que es una chica a la que se le caracteriza por tener siempre una piruleta de cereza en la boca. Las musas necesitan comer continuamente azúcar para mantener sus niveles de energía y no consumirse.
Esta no es la primera vez que Didie trabaja, ya ha ayudado a muchas personas que tenían un bloqueo mental con su trabajo. Ella los llama sus acogidos, mientras que ellos aceptan unas reglas que ella dicta, les ayuda a desbloquear su mente, y a destacar en su oficio.
Por otra parte tenemos a William, el escritor del momento. Un hombre enigmático, carismático, atractivo, con un torso donde se podría rallar tranquilamente queso. Acaba de ganar un best Seller, y una editorial ha firmado un contrato con él para que escriba su siguiente libro, pero se encuentra en un grave problema, tiene su mente bloqueada pero no es capaz de escribir nada, todo lo que escribe es basura, no es de su agrado.
William lleva más de un año intentando escribir algo y tan solo le quedan tres meses para entregar el manuscrito de su próximo libro. Gina su agente personal, y su ex novia está muy impaciente por leer su manuscrito, por lo que cansada de recibir evasivas se presenta en su casa y le quita lo que ha escrito hasta ahora.
A la mañana siguiente William se la encuentra chillándole en la cama como una loca, diciéndole que no puede ser cierto, que lo que ha leído es una porquería y que tiene que ponerse a escribir algo bueno pero ya.
William desconcertado no sabe qué hacer. Al poco, recibe una llamada de Gina quedando con él en un lugar público donde Gina nunca iría, pero aun así él acude. Cuando llega allí se encuentra con una mujer que parece una muñeca, ella saborea una piruleta y su mirada lo vuelve loco. No puede dejar de mirarla y lo que siente cuando lo hace no es algo común, esa chica tiene algo especial.
“Estoy acabado, pensó”. Definitivamente acabado. Sabía lo que Gina diría en cuanto leyese aquel manuscrito. No creía ni que llegase a terminarlo. Al menos, él no lo haría. Adiós a su carrera como escritor. Era el momento de asumirlo
Cuando ella se dirige a él, William se pone de lo más nervioso, no sabe qué hacer ni cómo actuar. Pero ella muy directa le dice que a partir de ahora ella es su musa, y qué Gina la ha llamado para que le ayude. En un principio William se niega rotundamente, pero cuando Gina le dice que ha llamado a la editorial pidiendo tres meses más para escribir su libro, William, acepta quedarse con la musa. Pero lo que William tiene en mente es quedarse con ella un par de días hasta que Gina firme el contrato y luego deshacerse de ella.
Cuando William va a casa de Didie a decirle que acepta ser su acogido, ésta, le muestra una serie de reglas que tiene que cumplir:
A William estas tres condiciones le hacen risa, sabe que puede cumplirlas sin ningún tipo de problema.
Conforme va pasando el tiempo, Didie se da cuenta de que William tiene un bloqueo en su mente, y es debido a algo que le ocurrió en el pasado. ¿Qué será lo que atormenta a William desde su pasado?
Por otra parte, Didie se siente muy falta de cariño, debido a que es una musa, los hombres se enamoran de ella, pero no de verdad, sino, debido a un influjo que ella proyecta sobre sus acogidos, cuando pasan unas semanas, éstos, se olvidan de ella.
Por eso cuando ella cree que siente algo por William y que él le corresponde, piensa que todo tiene que ver con el influjo, y que no puede estar enamorado de ella pero…
¿Está William enamorado de ella verdaderamente?
¿Conseguirá Didie eliminar el bloqueo que atormenta a William?
Bueno, ahora os cuento un poquito acerca del libro.
Lo primero, el libro está narrado en tercera persona, por lo que conocemos a ambos protagonistas bastante bien, tanto a Didie como a William.
El libro es alucinante, la verdad que se lee super rápido, que la trama está muy conseguida, la lectura es delicada y sutil, en ningún momento la autora nos aburre con comentarios o descripciones abusivas. Puedo decir claramente que este libro tiene de todo en su justa medida.
Es un libro que ha despertado muchas emociones en mí. En un principio, me reía mucho y me divertía con la actitud traviesa de Didie, la verdad que hay ocasiones en las que hace cosas para tan solo desquiciar a William, y es divertido ver cómo consigue que él pierda los papeles.
Pero entonces fue el timbre de a puerta el que lo interrumpió. Resoplando, fue hasta su dormitorio, tomó una camiseta limpia del cajón de su cómoda y se la puso mientras la persona que llamaba parecía haberse quedado pegada al timbre sin dejar de apretarlo. Cuando llegó hasta la entrada y abrió la puerta, su ánimo estaba más que caldeado. Y entonces, como una exhalación, vio cómo Gina y su leonina melena rubia entraban sin esperar a ser invitadas.
Por otra parte, es cierto, que este libro me ha hecho vibrar con ciertas escenas románticas, porque entre ellos hay una tensión que puede cortarse con un cuchillo, pero cuando ambos dejan florecer sus sentimientos y se dejan llevar, todo es perfecto.
Tengo que decir que el libro tiene una cosa que me ha fascinado, y es que al principio de cada capítulo hay como una nota de un autor diciendo lo que significa para él una musa. Y la verdad que hay muchos autores de los que he leído libros como Megan Maxwell, María Martínez, Laura Nuño, etc…
Del final solo puedo decir que he terminado llorando, que los últimos capítulos del libro recuerdo que decía no es posible, me quedan muy pocas páginas y el libro no puede terminar así, no puede ser. Pero es cierto que en el último capítulo, el libro da un giro tremendísimo y todo termina siendo dulce, y delicado, como ha sido siempre William con la tierna Didie.
Autor de novelas románticas desde hace casi veinte años. Nacida en Cartagena, Murcia, en 1976, dividió su vida entre su ciudad natal de Madrid y un breve paso por Angola. Actualmente se dedica a su familia y escribe a tiempo completo. Apasionada de la literatura romántica en todos sus subgéneros, cubre algunos de ellos con sus novelas; La novela contemporánea ilumina lo paranormal, la tensión, el nuevo adulto o la chica.
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¡Qué reseña más completa y bonita! Mil gracias por vuestras palabras. Me alegra enormemente que os haya gustado. Y por cierto, esta historia no tiene segunda parte, pero podremos volver a ver a sus personajes y saber cómo les va, en la historia de uno de sus secundarios. Un besazo enorme.
Muchas gracias a ti, ya estoy deseando leer ese libro, espero que uno de esos personajes secundarios de los que hablas sea nuestra francesita