Gracias a Espasa, por este ejemplar.
Diez personas sin relación alguna entre sí son reunidas en un misterioso islote de la costa inglesa por un tal Sr. Owen, propietario de una lujosa mansión a la par que perfecto desconocido para todos sus invitados. Tras la primera cena, y sin haber conocido aún a su anfitrión, los diez comensales son acusados mediante una grabación de haber cometido un crimen en el pasado.
Uno por uno, a partir de ese momento, son asesinados sin explicación ni motivo aparente. Sólo una vieja canción infantil parece encerrar el misterio de una creciente pesadilla.
Pero antes de continuar, y para después de esta lectura, aquí te dejo otra reseña que le ha gustado mucho a la gente que ha leido este tipo de libros: El día que se perdio la cordura. Si te gusta este género, seguro que este libro te mola también, a mi me gustó. Y ahora si, continuemos 🙂
Una de las historias que tenía que disfrutar este año sí o sí era Diez Negritos de Agatha Christie, libro con el cual me he terminado enganchando a esta autora. No tengo perdón por no haberla leído nunca, y más siendo amante de este género, pero eso se acabó, pues gracias a las re-ediciones que ha hecho Espasa sobre las mejores historias de Agatha Christie tengo en casa unas cuantas con las que estoy disfrutando un montón. Os dejo aquí el -enlace- para que podáis ver estas preciosas re-ediciones.
Realmente sabía más o menos lo que me podía encontrar, pues hace unos meses leí Diez, de Gretchen McNeil, y se trata de una adaptación juvenil de la novela de Agatha Christie. Diez es una buena adaptación pero no elimina ninguna de las sorpresas que nos tiene destinadas Agatha en su obra.
Ahora sí, vamos a hablar del que sin duda es su libro más famoso, y es que no es para menos, pues desde el principio, Diez negritos, conseguirá engancharte sumergiéndote en una historia misteriosa donde el factor que más prima es el mantener al autor completamente desorientado.
Siete negritos cortaron leña;
Uno de ellos se cortó en dos mitades y entonces quedaron Seis.
Seis negritos jugaron con una colmena;
Una abeja picó a uno de ellos y entonces quedaron Cinco.
Cinco negritos hicieron la carrera de Leyes;
Uno se hizo magistrado y entonces quedaron Cuatro.
Cuatro negritos fueron al mar;
Un arenque rojo se tragó a uno y entonces quedaron Tres.
Tres negritos se pasearon por el zoo;
Un gran oso mató a uno de ellos y entonces quedaron Dos.
La historia comienza presentando a los personajes justo en el momento en el que se dirigen a la isla del Negro, cada personaje parece haber sido invitado por una persona y motivo diferente pero finalmente nos encontraremos con diez personajes sin relación alguna entre sí conviviendo en la misma casa y que están a punto de vivir una pesadilla.
Los personajes son:
Lo único que parece dar sentido a esta pesadilla es una vieja canción infantil, la cual parece ir marcando las pautas para que los asesinatos se lleven a cabo. Sinceramente no entiendo como esta canción puede considerarse infantil, yo la encuentro demasiado macabra.
Confieso que el principio me resultó algo lioso, pues con tantos personajes y la costumbre de la autora de llamarlos unas veces por su nombre y otras por su apellido, pues me costó cogerle el hilo y situar a cada uno de ellos. Pero una vez superado este pequeño inconveniente la historia fluye sola y conseguirá atraparte.
Los personajes están perfectamente perfilados, conoceremos su pasado y con ello iremos sembrando dudas, pues todos pueden ser ese misterioso asesino, todos ellos poseen el carácter o las cualidades necesarias para llevar a cabo este macabro plan, aunque exteriormente puedan pretender ocultar sus verdaderas intenciones. Cada vez que presenciemos una muerte trasladaremos nuestras sospechas a un personaje diferente, pero dicho personaje volverá a quedar libre de dudas unas páginas después, lo único que parece quedar claro entre los personajes es que solo demuestran su inocencia cuando finalmente mueren.
—La conclusión parece lógica —dijo—. ¡Ulick Norman Owen! En la carta dirigida a miss Brent, la firma era ilegible, pero el nombre podía leerse: Una Nancy Owen, es decir, siempre las iniciales U.N.O. Con un poco de imaginación y fantasía puede reconstruirse la palabra inglesa unknown, es decir, «desconocido».
La prosa de Agarha Christie es maravillosa, sencilla y elegante. Nos relatará una historia compleja y cargada de matices en poco más de 200 páginas y no sentiremos en ningún momento que estamos ante un libro pesado o lento. Los diálogos reflejan a la perfección la personalidad de sus personajes y su estilo narrativo mantendrá en una continua alerta al rector, pues sientes que en cualquier detalle podrás descubrirlo todo.
El final es sencillamente brillante, tal es el caso que el libro necesita de páginas extra para que podamos entender la historia y ponerle nombre a esta misteriosa persona que se oculta en las sombras. Quede completamente fascinada, pues pasaba y pasaba páginas y no encontraba la solución al enigma hasta que llegue a la última página.
En conclusión, Diez negritos es una obra maestra de una de las autoras más reconocidas de todos los tiempos. Una novela negra cargada de tensión, misterio y sospecha con uno de los finales más brillantes que he leído en este género.
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Agatha Mary Clarissa Miller, DBE (Torquay, 15 de septiembre de 1890-Wallingford, 12 de enero de 1976), más conocida por el pseudónimo de Agatha Christie, fue una escritora y dramaturga británica especializada en el género policial, por cuyo trabajo tuvo reconocimiento a nivel internacional. A lo largo de su carrera, publicó 66 novelas policiales, 6 novelas rosas y 14 historias cortas —bajo el pseudónimo de Mary Westmacott—, además de incursionar como autora teatral en obras como La ratonera o Testigo de cargo.
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