Gracias a Anaya, por este ejemplar.
La Ciudadanía Proactiva, la compañía que creó a Cam a partir de órganos de adolescentes desconectados, tiene para él oscuros planes militares. Pero, por debajo de ese horror, yace otro horror igualmente impactante: el hecho de que la Ciudadanía Proactiva lleva años suprimiendo la tecnología que podría hacer completamente innecesaria la desconexión. Mientras Connor, Risa y Lev descubren estos impactantes secretos, los airados jóvenes empiezan a protestar, exigiendo justicia y un futuro mejor.
Pero aparecen nuevos problemas: el grupo de niños de la cigüeña liderados por Starkey se va convirtiendo en más potente y combativo con cada nuevo reclutamiento. Si consiguen lo que pretenden, destruirán las cosechadoras hasta los cimientos y pondrán a cada uno de los adultos que encuentren en ellas ante un pelotón de fusilamiento... lo cual podría acabar con cualquier posibilidad de un futuro pacífico para el mundo.
Una de mis sagas favoritas ha llegado a su fin. Conexión es la conclusión que cierra la saga Desconexión del grandísimo Neal Shusterman. Una distopía muy especial que nos presenta un mundo lleno de interés y crueldad, una historia adictiva y sorprendente donde sufrirás con cada página temiendo el destino de sus personajes, pero con un final a la altura de uno de los mejores autores juveniles del momento.
La historia comienza justo donde terminó Inconexión. Risa, Connor y Grace aún están intentando asimilar la existencia de la impresora de órganos que les descubre Sonia. Deberán comprobar que funciona y después ponerla en manos de la persona adecuada. Por otro lado, Cam ha vuelto a ser capturado por la Ciudadanía Proactiva, pero está en sus manos revelar muchos secretos. Finalmente, Lev busca justicia y soluciones de una forma muy especial y Starkey seguirá siendo el monstruo egoísta que demostró ser en el anterior libro.
—Hemos acabado —dice Connor, comprendiendo que al decirlo apresura lo inevitable, pero dándose cuenta de que ya no le importa—. Estoy cansado de mirarle a usted. Desconécteme.
Si algo destaca en las historias de Neal Shusterman son sus personajes. En la saga Desconexión nos encontramos con tres protagonistas que sufrirán tanto que en esta conclusión apenas queda mucho de lo que fueron. Podemos ver su amargura, su temor, la inocencia perdida... La fortaleza de estos personajes va ligada a la resignación en muchos casos, intentarán por todos los medios cambiar el mundo, pero lo harán con una generosidad alucinante, pues están dispuestos a cambiar la vida de todos aunque, en el camino, tengan que sacrificar la suya.
La evolución y las personas en las que se convierten los personajes son dignas de admiración. De Connor destacaría su fortaleza, sus ganas de hacer justicia y evitar que el mundo siga ese curso de violencia y crueldad. De Risa me quedo con su tranquilidad a la hora de tomar decisiones y su capacidad de cuidar de todo el mundo, aunque en su interior se encuentre destrozada. Lev es quizás el personaje que más cambia a lo largo de la saga, tenía unas creencias y una inocencia de la que ya no queda nada, ahora es fuerte, valiente y consciente de sus decisiones y las consecuencias que estas puedan conllevar.
Ha visto el extremo, lo ha vivido. Sabe jugar con fuego. Quizá esta vez pueda usar lo que sabe para servir a sus fines, no a los de otro.
No comparte nada de eso con Elina, ni con Una, ni con nadie más en la reserva. Pero, solo y en silencio, empieza a planear.
Aquel día no consiguió cambiar el mundo.
Pero mañana, ¿quién sabe?
No considero que esta historia tenga personajes secundarios, pues cada uno de ellos son protagonistas de muchos capítulos, los cuales se narran a través de sus ojos, y sin sus actos no habríamos podido alcanzar este final. Cam es un personaje que me costó muchísimo entender, visualizarlo como un joven creado a partir de decenas de personas me descolocaba, pero finalmente llegué a tomarle cariño y a darle todo el valor que merecen al granito de arena que aporta. No puedo pasar de largo esta historia sin hablar de Grace, el cual sin duda me impresionó por su inteligencia y se colocó entre mis personajes favoritos. Son muchos más personajes: Roberta, Starkey, Nelson, Hayden… cada uno de ellos se merecería su propia mención, pero la reseña sería interminable, por ello os invito a sumergiros entre sus páginas y conocerlos.
La pluma de Neal Shusterman sigue su línea sencilla y ágil. Una vez más nos demostrará que su mente es una auténtica máquina de creación de ideas que no pasarán desapercibidas, sabe lo que hace, lo que el lector quiere y lo proporcionará durante toda la historia. Vuelve a estar narrado en tercera persona y cada capítulo será desde la perspectiva de uno de los personajes, este punto es quizás el que más admiro del autor, pues no solo conoceremos el camino que siguen los protagonistas, sino que veremos el conjunto de todo lo que va sucediendo desde diferentes ángulos, empapándonos de toda la historia.
El final es absolutamente perfecto. El autor nos hará sufrir, y mucho, pero nos presenta un final magistral donde cada pieza encaja a la perfección en esta locura de puzle que dura cuatro libros. Las emociones se dispararán tanto en los personajes como en el lector en este trepidante final que no hace otra cosa que mostrarnos el comienzo de un nuevo mundo.
Aprovechando el final de la saga, y con intención de disfrutarlo al máximo comentando cada pequeño detalle, leí Conexión en una lectura conjunta con Las Amebas Lectoras. Una experiencia increíble y totalmente recomendable.
—Yo nunca seré un gran líder —le dice Bam—. Pero saber eso me convierte en un líder mejor de lo que eres tú. Solo me gustaría haberme dado cuenta de eso antes.
En conclusión, Conexión es la conclusión perfecta para la saga Desconexión. Una historia donde encontrarás: un final trepidante que nos dejará en más de una ocasión con los nervios a flor de piel, un mundo desgarrador y cruel donde viviremos una auténtica lucha por la supervivencia, unos personajes perfectamente perfilados y realistas… Sin duda si eres aficionado a las distopías, la saga Desconexión, al completo, es imprescindible en tu estantería.
| Vista previa | Producto | Valoración | Precio | |
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Shusterman nació el 12 de noviembre de 1962 y se crió en Brooklyn, Nueva York. Desde muy joven, Shusterman fue un ávido lector. A la edad de 16 años, Shusterman y su familia se mudaron a la Ciudad de México. Terminó la escuela secundaria allí en la American School Foundation y se cita diciendo que "Tener una experiencia internacional cambió mi vida, dándome una nueva perspectiva del mundo y una sensación de confianza que de otra manera no tendría". Asistió a la Universidad de California, Irvine, donde se especializó en psicología y teatro, y también estuvo en el equipo de natación universitario.
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