Nadie imaginaria que Ángel y Amaia llegarían a ser amigos.
El primero es el actor conquistador del momento; la segunda una joven periodista que intenta abrirse camino en el difícil mundo de la comunicación. Pero ambos se sienten perdidos.
Mientras Ángel no consigue asimilar la fama, Amaia intenta averiguar quién es aquel joven de ojos miel que aparece en sus sueños.
A pesar de sus diferentes estilos de vida, entre ellos pronto se desarrolla un vínculo muy especial que removerá secretos del pasado.
Hoy os traigo la Reseña de ‘Recuerdos de un instante’ un libro escrito por Tania López y publicado por la editorial ‘Kiwi’.
En este libro conoceremos la historia de Ángel y Amaia.
Nuestra protagonista, Amaia, ha sufrido un accidente y no puede recordar el pasado, pero a su mente siempre vienen unos ojos color miel que le quitan el sueño. Pero hasta el día de hoy, no puede ponerles rostro, ni tampoco un nombre.
Cuando le surge una gran oportunidad de ser periodista, Amaia se marcha de su hogar para abrir nuevos horizontes.
Los sueños inducidos por el alcohol siempre eran extraños. Eso pensó Ángel al despertar, sintiendo un martilleo en el interior de su cabeza. De repente, el móvil comenzó a sonar a todo volumen, el chico se pensó varias veces si cogerlo o no. Sabía quién era y qué le diría al escucharlo con la voz ronca.
Allí, en una gran fiesta en la que ella y su compañera se cuelan, conocerá a Ángel, el actor del momento, un hombre guapísimo y conquistador al que las mujeres adulan y ansían.
Pero, en Amaia, no surte el mismo efecto, está claro que ve a un tipo bastante tentador, con unas facciones preciosas, pero aunque no le resulta nada fácil, consigue mantener la compostura cuando él está delante.
Amaia no hace más que intentar olvidar a Ángel, pero como no, el destino juega en su contra, y le eligen para entrevistarlo.
Cuando éste acude a la entrevista, Amaia cambia totalmente de opinión acerca de él, pues le había dicho que era un tipo bastante borde y mal educado, pero a ella no le había dado esa sensación, aunque se sentía bastante intimidada por él.
Ángel por otro lado, cuando mira a Amaia ve a otra persona, a alguien que quería mucho y que le arrebataron hace muchos años, pero… no se atreve a dar el paso por miedo a equivocarse.
Poco a poco, nuestros dos protagonistas se van a ir conociendo y se irán revelando secretos del pasado de Amaia.
Se volvió hacia la voz con cierto recelo y se encontró frente a una chica con una apariencia extraña. Llevaba una camiseta y una falda de color gris, solo el tono de sus labios, de un rojo encendido, le daba un toque diferente a los tonos oscuros que llevaba. A Ángel le recordó uno de los cortos en blanco y negro que tuvo que protagonizar con quince años, en los que la protagonista tenía en la mano siempre un pintalabios llamativo, para que fuera el único detalle que sobresaliera de la imagen.
-¿Te conozco? –respondió Ángel. Tenía la sensación de que aquella chica no se había acercado para hablar del glamour de la fiesta.
Bueno, hasta aquí, un breve resumen de esta historia, ahora os contaré lo que a mí me ha parecido.
Comenzando por la edición os diré que es preciosa, en la portada podemos ver a un hombre y una mujer, pero… ¿Serán Amaia y Ángel? Eso no voy a contároslo.
Internamente, la letra es bastante grande. El libro es de tapa blanda con solapas.
La manera de escribir de la autora la verdad que no ha terminado de convencerme, porque me he perdido en alguna que otra ocasión. La historia no es muy interesante al principio, tan solo narra la vida de nuestros dos protagonistas por separado, y como que es un poco caótico y sin sentido.
La verdad que la trama del libro es bastante entretenida, así, generalmente hablando.
Es un libro cargado de misterios y de secretos, pues la memoria de Amaia está completamente estropeada y no puede recordar nada relacionado con su pasado.
Solo sabe que guarda un objeto muy valioso que le dio alguien que la quiso mucho, y a quien ella también quiso, pero nada más.
El libro está narrado en tercera persona.
La lectura es un poco lenta, pues como he dicho antes, me ha costado un poco enlazar las dos historias.
Con respecto a los personajes, os diré que me quedo con Amaia, pues tenemos a una protagonista fuerte y decidida que no ha pasado por muy buenas situaciones, pero que aun así, está luchando por cumplir su sueño de ser periodista.
Ángel, sin embargo, me ha parecido un poco más cobarde al intentar esconder su verdadero yo, no solo con Amaia sino con el resto de chicas con las que pasa una sola noche, y el alcohol. Además, parece un tipo bastante egoísta en su trabajo, pues es caprichoso y arrogante, aunque a su favor diré, que sufre una gran evolución a lo largo de la historia.
Amaia caminaba rápidamente por la acerca, esquivando a la gente que pasaba y agarrando con fuerza el bolso que llevaba. Sus zapatillas marcaban el ritmo de sus pasos. Murmuró una disculpa tras otra hasta que vio el edificio de PRISA en la Gran Vía. Abrió la puerta y subió corriendo las escaleras hasta llegar a la segunda planta. Lanzó una mirada a su alrededor, jadeando mientras apoyaba una mano en la barandilla. Un muchacho al otro lado de la puerta la observó durante unos segundos. Amaia se enderezó y miró alrededor de la habitación. Era grande, tenía una mesa en el centro y varias sillas.
Si tengo que hablar de sentimientos os diré que no ha despertados muchos en mí. Cuando comencé a leer este libro la verdad que tenía las expectativas bastante altas, pero luego todo fue disminuyendo. Pues, no era en absoluto para nada lo que yo me imaginaba. A veces, este tipo de sorpresas son buenas, porque esperas encontrarte con algo que luego no resulta ser lo que esperabas y te emociona y te gusta. Pero en este caso, no ha sido así, el libro me ha decepcionado un poco.
Aunque, he de decir que para estar un ratito con él y disfrutar de su lectura merece la pena, pero para aquellas personas a las que les guste adentrarse en sus historias y emocionarse con ellas, he de decir que no, este libro no te mantiene inmerso entre sus páginas.
El final es lo mejor del libro, es muy bonito, y emotivo, quizá posiblemente sea la única parte del libro que ha despertado en mí algún tipo de emoción.
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