Esta semana tenemos una carta de una autora muy especial para celebrar el día de los Reyes Magos: Olivia Ardey. En ella nos cuenta cómo ha nacido su última novela, la cual salió a la venta hace poco y está teniendo mucho éxito, y es que encontramos un amor protagonizado por dos personajes realmente excelentes.
Con esta carta Olivia Ardey nos explica como una idea, que se va formando poco a poco en nuestra mente, puede llegar a convertirse en una gran historia, al igual que Una chica con estilo, publicada por ediciones Versátil.
No dejéis de leer sus palabras, porque si os gustó la historia probablemente os guste un poquito más, y si por el contrario no la habéis leído todavía… Os moriréis por hacerlo, porque hay personajes que merecen ser conocidos.
Aquí os dejamos las maravillosas palabras que la autora ha regalado a Entre Metáforas:
En 2010 escribí DELICIAS Y SECRETOS EN MANHATTAN, que se publicó en 2011 (y reeditó Ediciones Versátil en 2014). Cuando puse la palabra fin a la novela protagonizada por Kenneth y Laura en aquel feliz San Valentín de 1920, me quedó una espinita clavada. Y es que Helen McKerrigan-Montero, la hermana mayor de la protagonista, fue el único personaje de los muchos que pueblan las páginas del libro, que se quedó sin su final feliz.
En la primera novela, donde sólo es un personaje secundario, Helen transmite un desencanto y una amargura que yo quería remediar. No era justo que una mujer tan fuerte y valiente, como las de aquella época, que se quitaron el corsé, se atrevían a mirar a los hombres de igual a igual y trituraba las aceras a golpe de tacón, se quedara con aquella tristeza.
Durante seis años escribí la UNA CHICA CON ESTILO en
He disfrutado muchísimo mientras la escribía, he sufrido con cada uno de sus errores, he reído con ellos, me he emocionado cuando las cosas se torcían. Y, como premio añadido para mí, he sonreído viendo qué fue de los personajes de DELICIAS Y SECRETOS EN MANHATTAN, que en esta novela hacen más de un cameo.
Todos esos sentimientos que he compartido en cada párrafo, creo que han llegado al corazón de las lectoras. Además de un inolvidable viaje imaginario a la Boston de 1921, al bullicio de las calles de Nueva York y al bellísimo paisaje rural del valle del Hudson, quien abre sus páginas encontrará en cada escena una sonrisa, un suspiro o una lágrima feliz. Y es que las novelas que se viven mientras se escriben son las que acarician el corazón. Es cierto, según me cuentan, el pequeño Oliver tiene mucho que ver en ello… Pero no desvelaré más, mejor que cada cual lo descubra en las páginas del libro.
¿Conocéis alguna de las historias de Olivia Ardey? ¿No os morís de ganas por adentraros en las páginas de Una chica con estilo?