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Jack Miller es un genio de los números cuya especialidad es el estudio de la probabilidad, concretamente de los fenómenos aleatorios. Después de años trabajando en un misterioso proyecto que está a punto de ver sus frutos, decide ponerlo todo en riesgo por algo que nunca ha tenido, una mujer...
Mientras, un enigmático asesino en serie con un modus operandi muy especial tiene en jaque a toda la ciudad y a dos de los mejores agentes del FBI. Su elaborada puesta en escena, su extraño simbolismo y la particular elección de sus víctimas tan solo han dejado tras de sí una sola pista hasta el momento, un sedán negro.
Una fascinante novela negra que explora no solo la identidad del ser humano, sino cuál es el sentido de su existencia y, sobre todo, hacia dónde se dirige. Un trepidante viaje a través de una de las ramas de las matemáticas más apasionantes. Una adictiva novela que no podrás dejar de leer.
Hoy venimos con una novela que ha estado en boca de miles de personas durante los últimos meses. ‘La chica del semáforo y el hombre del coche’, de David Orange, nos presenta un thriller trepidante y bien documentado sobre el mundo de las matemáticas, que pierde fuerza en algún que otro capítulo.
Todo ello hacía de ella a la mujer perfecta para cuidar, a la mujer perfecta para que cuidase también de él. ¿Era ella esa persona a quién amar? ¿De verdad era posible que fuese ella?
La historia nos presenta a Jack Miller, nuestro protagonista. Este hombre lleva una vida sencilla y humilde trabajando como asesor financiero de la sucursal de Crédit Lyonnais en Búfalo. Sin embargo, su mente no tiene nada de sencilla. Es una especie de genio con un coeficiente intelectual superior a la media que consigue analizar números con una facilidad fascinante.
Vive completamente solo, las únicas visitas que recibe son las de su hermana pequeña y el resto del tiempo se lo pasa de casa al trabajo y del trabajo a casa. No obstante, su vida está a punto de cambiar. Lleva tiempo obsesionado con una joven que diariamente hace un espectáculo de malabares en la calle junto a un semáforo. No soporta más la idea de tener que pasar por allí contando los semáforos para pillar en rojo justo en el que ella se encuentra y tener así unos segundos más para observarla. Se debe arriesgar.
Esa misma mañana le hará entrega de una tarjeta y le pedirá una cita a la que ella responderá pese a provenir de un desconocido. Lo fascinante de todo, es que justo así es como ocurre.
De forma paralela, nos encontramos con un asesino en serie que mantiene en alerta a la ciudad. Sus víctimas son mujeres, su escena del crimen es peculiar y estudiada. Las pistas que tiene el FBI para atraparlo son nulas, a excepción del coche que conduce. ¿Quién será su próxima víctima? ¿Conseguirán atraparlo?
No sabía en qué momento del día se había producido el cambio en su interior, pero cuando bajó del coche y estiró las piernas deseó por un momento que ese viaje no terminase nunca, que esa carretera que los llevaría hasta Amarillo fuese interminable. No se sentía con fuerzas para enfrentarse a ningún criminal, a un nuevo fracaso, a ella misma.
David Orange nos trae una novela con un par de tramas principales y unas subtramas bastante interesantes. Lo mejor es que cada uno de estos hilos termina tejiéndose de forma magistral. Todo está conectado y cada detalle cuenta en el desarrollo final, el cual todavía me tiene en shock.
Los personajes están perfectamente pincelados. Cada uno de ellos muestra su personalidad basándose en el pasado que los ha llevado a convertirse en las personas que son. Me fascina ese toque de luz y oscuridad que podrían posicionarlos como los culpables en cualquier momento. ¡Todos son sospechosos!
La prosa del autor es sencilla y adictiva. Sabe dar explicaciones a temas realmente complejos con simplicidad. Además, los episodios se van narrando por diferentes personajes, lo cual nos deja una mayor amplitud para comprender sus emociones e intentar sacar conjeturas de lo que está ocurriendo.
Sin embargo, el pero principal se lo lleva el inestable ritmo de la trama. En más de una ocasión sentí la necesidad de hacer un parón y leer otra novela al mismo tiempo para ir descargando. Puede resultar densa y algunas escenas, en mi opinión, podrían haber sido eliminadas para dar fluidez. A fin de cuentas, eran callejones sin salida en los que nos encontrábamos demasiado a menudo.
El final estaba cerca y su corazón parecía estar llenándose de una paz y una tranquilidad como nunca antes había sentido. Como si estuviese a punto de darle un poco de equilibrio a ese horrible mundo.
En definitiva, nos encontramos con un buen thriller con personajes estudiados, tramas elaboradas y unos cuantos giros que nos dejarán sin palabras. Parece ser, después de ese epílogo no podría ser de otra forma, que tendremos una continuación. Estoy ansiosa por descubrirla y dar así sentido a más de un hilo que queda pendiente por cerrar. De todas formas, el misterio central queda resuelto y yo os animo a que le deis una oportunidad, eso sí, no se trata de un libro para devorar, sino de una historia para saborear poco a poco.
| Vista previa | Producto | Valoración | Precio | |
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David Orange (Valencia, 1982) es licenciado en fisioterapia y comunicación audiovisual y actualmente compagina su actividad profesional con su gran pasión, la escritura. Tras publicar Género de Violencia, su primera novela, triunfó con La Chica del Semáforo y El Hombre del Coche, una de esas novelas que hay que abordar a ciegas. Un thriller apasionante que explora la condición humana y algunas de las grandes preguntas que más preocupan a los humanos. Con ella se convirtió en un auténtico fenómeno entre los lectores y rápidamente se consagró como el escritor autónomo del momento.
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