Gracias a NOCTURNA, por este ejemplar.
Toda casa tiene sus secretos.
Recién salida de rehabilitación por su pasada adicción a las drogas, Mallory Quinn acepta un trabajo como niñera para Ted y Caroline Maxwell.
A Mallory de inmediato le encanta su trabajo, le da justo la estabilidad que buscaba. Y adora a Teddy, un niño tímido que va a todas partes con su cuaderno de bocetos y su lápiz. Sus dibujos muestran cosas normales: árboles, conejos, globos... Bueno, y a veces también a una mujer de aspecto extraño, su amiga imaginaria.
Pero un día en el cuaderno aparece algo diferente: un hombre que va arrastrando un cuerpo en medio de un bosque.
Poco a poco, los dibujos de Teddy se vuelven cada vez más siniestros y sus figuras de palo se convierten en ilustraciones realistas, cuya destreza supera la de cualquier niño de cinco años. Es entonces cuando Mallory empieza a preguntarse no solo por el contenido de las ilustraciones, sino también por el autor. Porque ¿y si realmente no es Teddy quien las está haciendo? ¿Y si se trata de... alguien más?
Con este thriller sobrenatural, Jason Rekulak da una ingeniosa vuelta de tuerca a la clásica historia de terror con una casa llena de secretos escalofriantes y tal vez una narradora no muy fiable. ¿O sí?
Figuras ocultas, de Jason Rekulak, llegó a mis manos en el momento más oportuno. ¿Te ha pasado alguna vez? Es maravilloso cuando das con ese libro que necesitas leer justo en ese momento. Es algo así como mágico. Y es que esta novela tiene un toque de misterio paranormal que me acompañó en Halloween, pero además es de esas historias que lees sin apenas darte cuenta.
La trama nos presenta a Mallory Quinn, una joven que acaba de salir de rehabilitación por un problema de drogas. Tiene ganas de recuperar su vida y dejar atrás un pasado tortuoso y lleno de traumas. Así que comienza a trabajar como niñera en casa de Ted y Caroline Maxwell.
A Mallory le encanta su trabajo. Los jefes son agradables, el niño es un encanto, confían en ella a pesar de su pasado y vive en una preciosa casita al otro lado de la piscina. Sin embargo, Teddy no deja de hacer unos extraños dibujos que cada día le preocupan más.
En esos dibujos se ve a una extraña mujer acompañándolos y, a pesar de que el niño asegura que es su amiga invisible y que sus padres no los tienen en cuenta, a Mallory se le activan todas las alarmas cuando en uno de los dibujos aparece un hombre arrastrando el cuerpo de una mujer por el bosque.
Tras ese dibujo, comienzan a llegar un montón más, aunque mucho más siniestros y con muy pocas posibilidades de que los haya realizado un niño. Ahí es cuando asoman viejas leyendas sobre esa casa que hará que Mallory se cuestione muchas cosas, entre ellas quién estará detrás de esos dibujos.
Es adictivo. Muy adictivo.
Ese mezcla de casa encantada con una protagonista cuya cordura siempre está en la cuerda floja, es brutal. Aunque admito que el final cuenta con un puñado de casualidades fortuitas que quizá no sorprendan demasiado, pero también tenemos otro montón de piezas colocadas estratégicamente para dar un cierre agridulce. Porque sí, el final me resultó un poco agridulce, aunque no lo cambiaría porque ese giro final lo requiere.
No es una novela de terror al uso, cuenta con alguna que otra escena que nos pone los pelos de punta, sobre todo al inicio en el que no tienes ni idea de por dónde van los tiros, pero en líneas generales es una novela de misterio.
Otra cosa que valoro un montón es la ligereza de la historia. Las ediciones de Nocturna cuentan con un diseño perfecto para que las páginas no agobien en absoluto, y si a eso le sumamos un montón de ilustraciones y una trama que no da tregua, solo podía decir: venga, un capítulo más y lo dejo.
No dejo de pensar en lo bien que funcionaría como una mini serie de Netflix. Cuenta con todos los ingredientes: suspenso, buenos personajes, momentos inquietantes, escenarios perfectos, giros inesperados… Si tenías dudas sobre si hacerte con él, mi respuesta es: Sí.
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