Los Ángeles, años 30, Bobby Dorfman (Jesse Eisenberg), sobrino de un poderoso agente y productor de Hollywood (Steve Carrell), se enamora de la guapa secretaria (Kristen Stewart) de su tío.
Kubo vive tranquilamente en un pequeño y normal pueblo hasta que un espíritu del pasado vuelve su vida patas arriba, al reavivar una venganza. Esto causa en Kubo multitud de malos tragos al verse perseguido por dioses y monstruos. Si de verdad Kubo quiere sobrevivir, antes debe localizar una armadura mágica que una vez fue vestida por su padre, un legendario guerrero samurái.
Comedia de acción que nos presenta al Cuerpo de Élite, servicio secreto español que sería el equivalente a la CIA en Estados Unidos o al MI6 en Gran Bretaña. Tras la trágica muerte de sus miembros, el cuerpo recluta a un nuevo grupo de agentes que deberán dar con un loco terrorista que se ha hecho con una vieja bomba sumergida en la playa de Palomares (Almería) donde, recordemos, en 1966 un bombardero estadounidense que transportaba armas nucleares cayó sobre la costa del Mediterráneo.
Richard Nixon recibió a Elvis Presley en el Despacho Oval de la Casa Blanca el 21 de diciembre de 1970. ¿El motivo? Al parecer, a Elvis se le metió en la cabeza que quería tener una placa de agente federal para poder luchar contra la drogadicción en su país, y los asesores de Nixon pensaron que no había problema en conceder tal deseo, a cambio de unas fotografías que podrían mejorar la imagen pública del presidente, a quien el Rey del Rock & Roll obsequió con un revólver de coleccionismo.
Heidi (Anuk Steffe) es una huérfana de cinco años, criada por su abuelo (Bruno Ganz) en las montañas suizas. Junto a su amigo, Pedro el cabrero (Quirin Agrippi), cuida de las cabras del abuelo y disfruta de la libertad en las montañas. Pero un día su tía Dete (Anna Schinz) decide llevársela a la ciudad de Frankfurt para educarla y cuidar de Klara (Isabelle Ottmann), una niña inválida de familia adinerada. La simpatía de Heidi y su inocencia hará que viva nuevas aventuras en compañía de Klara.
En 1961, Stanley Milgram llevó a cabo una serie de experimentos sobre la obediencia en la Universidad de Yale. La investigación, planteada a raíz del juicio a Adolf Eichmann (el criminal de guerra nazi que alegó obediencia debida en su defensa durante su juicio en Israel), pretendía dilucidar la relación de las personas con la autoridad. La violencia del experimento hizo que Milgram fuera tildado de sádico y de monstruo.
Cuando me sumergí en el mundo de la trilogía Everlost descubrí que no era la…
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