No se puede escapar del País de las Maravillas.
Alyssa está decidida a rescatar sus dos mundos y a toda la gente que quiere. Incluso si eso significa tener que desafiar a la Reina Roja en una gran batalla final. Ahora que la madriguera del conejo ha sido cerrada, la única manera de llegar al País de las Maravillas es a través del mundo que hay al otro lado del espejo.
Alyssa y su padre viajarán al corazón de la magia y, junto a Jeb y Morpheus, intentarán salvar el País de las Maravillas. Pero si tienen éxito y consiguen salir con vida, ¿podrán tener todos el final feliz que ansían?
Cuando alcanzo el último libro de una saga suelo hacerlo con emoción y tristeza, en este caso las emociones se multiplicaron, pues Engaños es un final precioso y redondo para una historia que me ha robado sonrisas, lágrimas y me ha devuelto a uno de mis cuentos favoritos. He adorado el mundo creado por A.G. Howard y he caído rendida ante sus protagonistas y sus diferentes formas de ver la vida.
La historia comienza unas semanas después del caótico final que vivimos en Delirios. Recordemos que en el baile de graduación Alyssa fue testigo de cómo Jeb, Morfeo y su madre Alyssa desaparecían arrastrados al país de las maravillas. Trazará un plan que pueda devolver la memoria a su padre y así, juntos, ir en busca de los demás. Los peligros se multiplicarán y nuestra protagonista tendrá muchas decisiones que tomar en lo que será la gran batalla final entre ella y La Reina Roja, pues no piensa renunciar ni a seres queridos ni a su trono.
—No quiero esas cosas de ti. Me encantan tus defectos y tu corazón noble. Las cicatrices que van a juego con las mías y la lucha por encontrarnos a nosotros mismos. Quiero tu humanidad. Nada más.
Durante las primeras páginas se irán dando pinceladas para recordar todo lo que ocurrió anteriormente, pues la historia se complicó y deberemos tener presente un montón de detalles para poder comprender la historia a la perfección. La novela en sí tiene una dosis doble de acción, romance y locura. La autora ha sabido llevar su trama con inteligencia, atrapando al lector hasta un final impredecible y lleno de emoción.
El toque oscuro y siniestro que presentaba Morfeo se extiende hasta cubrir a todos sus personajes. La línea que separa el bien del mal, lo correcto de lo incorrecto, queda algo difusa y es justo eso lo que me hizo admirar todavía más a su autora. Me ha encantado la imagen de Morfeo, como “intercambia” el papel con Jeb, el hecho de que ser una persona poderosa no te hace temer o dudar frente a algunas situaciones… Lo que quiero decir es que, pese a la fantasía y la magia que rodea la historia, nos encontramos con unos personajes muy humanizados llenos de sentimientos, temores y deseos.
—Te habría seguido a cualquier parte —murmura con la voz ronca por la cruda agonía—. Lo único que quería era pasar el resto de mi vida con mi mejor amiga. Con la chica que dio vida a mis pinturas, pero yo no soy el único que inspiró tus mosaicos, ¿no? Siempre fue el País de las Maravillas. Por eso lo elegiste a él.
El romance era algo que me asustaba mucho, tenía miedo de como la autora pudiera dar solución a este complicado trío amoroso, pero quedé tan sorprendida como satisfecha con ello. Fue sorprendente la forma en que resolvió todo atendiendo a las necesidades de cada uno de los personajes y haciéndonos sentir cada una de sus emociones.
Una vez más, el pero recae a la mitad del libro. Entiendo que nos encontramos frente a novelas extensas pero algunos capítulos centrales llegan a hacerse algo pesados y ralentizan el avance de la historia. Aun así, en cuanto alcanzamos los últimos capítulos el ritmo se vuelve trepidante, pues llegaremos a encontrarnos con algunas situaciones cardíacas.
La prosa de A.G. Hodward vuelve a derrochar sencillez y magia en sus palabras. Quedé asombrada por su increíble imaginación y su magistral forma de llevarnos a un desenlace precioso y cargado de acción. El lector conseguirá sentirse presente en cada una de las escenas y verá a través de sus ojos cada una de las escenas por más descabelladas o terroríficas que puedan llegar a ser.
—Este lugar no es el infierno, es el paraíso. Y yo… yo soy un Dios.
En conclusión, Engaño es el broche de oro que cierra una preciosa trilogía que ha llegado a darme de lleno en el corazón. Viajar a esta magnífica versión del país de las maravillas ha sido todo un honor, pero hacerlo de la mano de estos personajes ha sido una experiencia inolvidable.
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Anita Grace Howard (nacida de Anita Grace Ruggles, en Chelsea, Estados Unidos, un suburbio al norte de Boston, el 9 de junio de 1970), conocida como A. G. Howard, es una autora norteamericana de novelas, dirigidas a un público juvenil adulto, de temática fantástica, revisitando para su audiencia los universos literarios de Alicia en el País de las Maravillas o el Fantasma de la Ópera. Con inquietudes literarias desde la adolescencia, A. G. Howard se confiesa influida por la poetisa inglesa (de origen napolitano) Christina Rossetti, y por el autor de ciencia ficción y de cómics de horror Neil Gaiman. Trabajó como bibliotecaria en un instituto de educación secundaria de Amarillo (Texas) durante 8 años, mientras escribía novelas (aún inéditas, como Infinity's Pond), antes de que en 2012 publicara, bajo contrato, su primer libro de la serie Splintered (Astillada). Desde entonces se dedica profesionalmente a la literatura de ficción gótica.
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