El testigo mudo, de Agatha Christie

Opinión personal:

Como siempre, leer a Agatha Christie es un placer. La reina de la novela de misterio ha vuelto a conquistarme con una trama compleja que presenta a través de una sencillez desbordante que atrapa al lector desde la primera página.

«Poirot no contestó. Hay momentos en que sabe hacerse muy bien el sordo».

‘El testigo mudo’ se desarrolla alrededor de la polémica muerte de la señorita Emily Arundell, una mujer entrada en años y adinerada que, unas semanas antes de morir, aparentemente por causas naturales, sufrió un accidente en su propia casa que le hizo temer por su vida. 

Tras ese accidente, redactó un nuevo testamento en el que legaba toda su fortuna a una de sus empleadas y redactó una carta al investigador Poirot para pedirle ayuda. Pues solo él podría aclarar el trágico suceso que la había llevado a sospechar de su propia familia.

El problema fue que la carta llegó a manos de Poirot cuando la señorita Arundell ya había fallecido, no obstante, el investigador es capaz de percibir que algo falla en el caso. Que la carta no fuese echada al correo en su momento le huele mal y las palabras que contiene esconden mucho más de lo que a primera vista podría parecer.

De modo que nuestro investigador se pondrá manos a la obra para reconstruir qué fue exactamente lo que ocurrió, si la muerte fue o no por causas naturales y si alguna de las personas cercanas está implicada. Pues el móvil del dinero es muy poderoso y resulta que alrededor de la señorita Emily Arundell todos, de un modo u otro, buscaban su fortuna.

Me ha encantado. Desde el primer momento fui conectando con los personajes y, a diferencia de otras historias de la autora donde me cuesta habituarme a ellos, seguirles los pasos fue sencillo gracias a sus personalidades tan marcadas.

«Ese es uno de sus proverbios, ¿no es cierto? ¡Dejar tranquilo al perro dormido! Eso es lo que nuestro asesino hace ahora: duerme muy feliz al sol. Tanto usted como yo sabemos cuán a menudo un asesino que pierde la confianza vuelve a matar por segunda… ¡y hasta por tercera vez!».

También me ha fascinado el modo en el que el investigador Poirot inventa historias, una tras otra, para hacer hablar a los implicados. Quiere respuestas y no teme en poner toda la carne en el asador para conseguirlas. Además, su astucia e inteligencia va dibujando un mapa en el que tan solo él concibe qué es lo que está ocurriendo. Podemos tratar de adivinar quién es el culpable e incluso podemos conseguirlo, pero no sabremos de sus motivos hasta el final.

Una vez comienzas la historia es imposible parar de leer. Agatha Christie vuelto a conseguir hacerme sospechar de todos los personajes y dar ese toque al giro final que pone broche de oro a la novela tal y como es costumbre en la mayoría de sus obras. Como siempre, nos encontraremos un reguero de miguitas de pan que nos invitan a resolver el caso, pero como dije, no lo conseguiremos hasta que ella así lo decida. Su capacidad creativa era impresionante.

La pluma de Agatha Christie vuelve a presentarse ágil, fluida y adictiva. No dejará de fascinarme su elegancia a la hora de narrar sin perder esa sencillez que la hace única. Contamos con un montón de diálogos que aligera todavía más el ritmo, el cual es constante hasta el final. 

«Aunque la muerte de la señorita Arundell no extrañó a nadie, sí ocurrió algo relacionado con ella que causó sensación».  

La reedición de las obras de esta gran autora en una edición tan bonita, es un regalo. Invitan a coleccionar cada uno de los tomos y a disfrutar de las historias tal y como se merecen. Si te gusta el género, Agatha Christie es imprescindible.

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