El peligro que nos une, de Priscila Serrano – Reseña

Opinión personal de la novela

Hoy os traigo la Reseña de ‘El peligro que nos une’, un libro escrito por Priscila Serrano y publicado por el nuevo sello y de Kiwi ‘Bookiss’.

En este libro conoceremos la historia de Jason y Abby.

Tengo que levantarme, tengo que hacerlo antes de que llegue mi padre y me tire un cubo de agua helada. Mis ojos están pegados y el cuerpo me pesa tanto que parece que tengo encima una roca enorme.
Escucho el cerrojo de la puerta de este maldito apartamento y me incorporo antes de que sus gritos se metan en todos mis sentidos.

Jason vive con su familia y su mayor preocupación en este momento es proteger a su hermana Mina del monstruo que su padre, por ello, cuando sus padres discuten, el trata de protegerla y cuidarla todo lo que puede, pero cuando su madre echa de casa a su padre, él tiene que irse con él, y es la peor decisión que su madre puede tomar en la vida.

El padre de Jason no se ocupa de él, es un hombre que dedica su vida a trapichear con la droga y tiene a mucha gente detrás que quiere hacerle daño, por lo que se dedica a utilizar a su hijo como mensajero y entregar los pedidos. Así, es la vida de Jason, levantarse por las mañanas con un cubo de agua helada e ir a cumplir la voluntad de su padre, siendo infeliz y desgraciado, hasta que llega a un lugar del que no puede escapar.

El padre de Jason debe mucho dinero a un hombre peligroso, y como ha mandado a Jason lo primero que hacen es quedarse con él y después matar a su padre.

En ese momento su vida cambia, pues tiene que vivir bajo las órdenes de un hombre horrible que lo mantiene encerrado y recibiendo golpes.

Pero no todo termina ahí, porque llega un momento en el que Jason puede escapar, tras un terrible accidente, él se dedica a salir corriendo sin mirar atrás, y como era de esperar, va a buscar a su hermana.

Pero claro, él no es la misma persona que era, ahora su carácter es diferente, ya no es el niño cariñoso que se fue de casa porque su madre lo echó sin ningún tipo de piedad. Ahora es un adulto, agrío, fuerte, descarado que no tiene piedad ni sabe como gestionar sus emociones. Su cuerpo está tan dañado y maltratado que prefiere marcarlo con la tinta antes que con los golpes.

Cuando encuentra a su hermana, la sorpresa que se lleva es tan grande que no sabe como reaccionar, pues resulta que tiene una hermanastra de la que no sabía nada, ya que, su madre ha vuelto a casarse con un hombre cuya hija es Abby.

Abby es una chica dulce, preciosa, cargada de inocencia y sentimientos. Además, su pasado es bastante duro, y tiene un gran secreto que mantiene su corazón congelado y herido.

Jason, desde el primer momento va a llamarla ratita, pues para él tan solo es un impedimento para estar con su hermana, una molestia de la que no quiere saber nada, la persona que le ha robado su habitación y ha ocupado su lugar en esa casa.

Claro, Abby no entiende por qué Jason es tan duro con ella, y Mina y su madre cuando le miran, no reconocen al chico que tantos años llevaban sin ver. Su carácter es tan fuerte que no deja de hacerle a Abby la vida imposible, y eso, va a hacer mella en ella.

Conforme va pasando el tiempo y Jason se va introduciendo en la familia, va a ir descubriendo cosas de Abby que le sorprenderán sobremanera, y que harán que su carácter comience a dulcificarse, pero claro, su hermanastra, y su vida ha sido tan difícil, que no quiere introducir a nadie en toda la basura que el vivió, por ello, no ha contado nada de sus últimos años fuera de casa.

No puedo creerme que esté en la iglesia con mi padre. Está a punto de darle el ‘sí, quiero’ a una mujer que recién he conocido hace apenas una semana. ¿Están locos? No llevan ni un año juntos y ya se están casando. Y eso no es lo peor, tiene una hija de mi edad que me mira como si quisiera matarme. ¿Qué culpa tengo yo? Soy otra víctima como ella.

Pero… ¿Será capaz de contar su secreto? ¿Podrá Abby perdonar todo lo que le ha hecho?

Bueno, ahora que ya os he contado un poquito acerca de lo que va, os contaré lo que a mí me ha parecido.

Comenzaré hablando por la edición. El libro es de tapa blanda sin solapas, además, la edición es de bolsillo, ya que es del nuevo sello de Kiwi, Bookiss, que seguro que ya lo conocéis.

Las letras del libro, no son muy grandes la verdad, pero al ser una edición bolsillo es lo normal.

El libro está escrito en primera persona y es narrado tanto por Abby como por Jason, aunque hay algunos capítulos narrados por otros personajes, como Mina.

La lectura la verdad que me ha sorprendido bastante, es una lectura rápida, ágil y sencilla que te induce a seguir leyendo.

He de decir que, si que he visto ciertos saltos temporales que no me han gustado, ya que me descolocaba y me daba la sensación de que había cosas que se quedaban sin explicar.

Es cierto que es un libro con una trama adictiva e interesante, que nos llama mucho la atención por el pasado de nuestros protagonistas, de ambos, pero también es verdad que me ha faltado un poquito de rebeldía por parte de Abby, ya que me parece un personaje muy sumiso a Jason. Me he encontrado con escenas que me han parecido un poco ‘pastelosas’, en el sentido de que, son como muy predecibles, y comunes.

Lo que más me ha gustado de este libro es la acción que contiene, pues tanto el pasado de nuestros protagonistas como el futuro que les espera es duro y complicado.

Priscila ha sabido crear una historia con unos matices muy bonitos, pero a la vez muy duros. Tenemos momentos de tensión y otros tan tiernos que contrastan a la perfección.

Con este libro he tenido una sensación extraña que no sé realmente como explicar para que lo entendáis. Resulta que, el libro tiene mucha descripción, está muy bien escrito y la historia me ha encantado, pero, por otra parte, es como que, los saltos temporales me han dejado huecos que se me han quedado vacíos y de ahí he tenido una carencia de información que era necesaria, al menos para mí, que me gusta tenerlo todo bajo control.

Los personajes están muy bien descritos, tanto física como psicológicamente. Y, además, este libro tiene algo muy bueno y es que, al estar escrito en primera persona, nos da mucha información acerca de ellos y podemos entenderlos de una manera más profunda y personal.

La relación entre los personajes es bastante real, sobre todo la que entabla Mina con Abby, pues después de haber perdido a un hermano Mina no quiere saber nada de su madre ni tampoco de nuevas hermanastras que quieran ocupar su lugar, pero cuando se van conociendo, encuentran la una en la otra un apoyo que ambas necesitaban, y se establece entre ellas un vínculo precioso con el que he disfrutado mucho.

Caminamos en silencio hasta mi coche y mi hermana deja pasar a la ratita, como ya la he apodado en mi mente, porque es una rata que se ha colado en nuestras vidas. Mi coche es de tres puertas, así que Abby se coloca detrás y mi hermana se sienta a mi lado. Quiero hablar con ella, con Mina, pero la ratita no deja de resoplar y me está poniendo nervioso.

La trama del libro la verdad que me ha gustado mucho, si es cierto que tiene muchísimo potencial y tengo la sensación de que la autora podría haber sacado mucho más de ella, porque si algo me ha quedado claro es que Priscila tiene una imaginación prodigiosa y una pluma muy grácil e interesante con la que consigue crear emociones palpables y maravillosas, y creo que ese, es un gran don.

El final es muy intenso, me resultado tan real que he sufrido de verdad, es un final conmovedor, pero también muy sufrido que nos mantiene en el filo de una forma tan inestable que he sentido miedo por nuestros protagonistas.

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