Nueva serie de animación de Matt Groening, ahora ambientada en la Edad Media y que narra las desventuras de una princesa aficionada a la bebida, su enérgico acompañante elfo y su demonio particular. En "(Des)encanto", los espectadores serán trasladados al mundo medieval en ruinas de Dreamland, donde seguirán las desventuras de Bean, una joven princesa a la que le gusta beber, Elfo, su enérgico compañero y Luci, su demonio personal. En el camino, el trío disfuncional se encontrará con ogros, arpías, trolls, duendecillos, diabillos, morsas y muchos humanos tontos.
Hoy os traigo la crítica de (Des)encanto, una serie de animación para adultos creada por el dibujante Matt Groening (creador de Los Simpsons).
La serie comienza con Bean a punto de casarse con un príncipe, pues su padre quiere casarla por encima de todo, a pesar que ella no está dispuesta a ser la esposa de nadie. Investigando en los regalos de su boda, se encuentra con Luci, que fue enviado por dos magos oscuros para tratar de llevar a Bean por el mal camino. Pero finalmente, se sale con la suya y consigue no casarse.
En otro lugar, Elfo, es infeliz con su vida, y está cansado de la monotonía que vive día tras día, por ello, cuando da con Bean y Luci se hacen inseparables y desde entonces no se han vuelto a separar.
El padre de Bean está buscando el elixir de la inmortalidad, y para ello necesita, una especie de colgante y sangre de un elfo verdadero. Por lo que, va a buscar a sus mejores guerreros a encontrar estos ingredientes para así, conseguir la inmortalidad.
Tenemos a una princesa acompañada de un demonio que trata de llevarla continuamente por el mal camino, aunque os diré que no necesita mucha ayuda para ello. Pues es temeraria e irresponsable, no piensa en ningún momento en las consecuencias que pueden tener sus actos y actúa sin pensar.
Por ello, en muchas ocasiones, las consecuencias son tan terribles que deciden incluso desterrarla de su propio reino.
Además, su madre murió cuando ella era pequeña, y su padre se volvió a casar con una mujer reptiliana, con la que tuvo un hijo. Y como podéis imaginar, la relación de Bean con éstos es bastante nula.
Ésta, es una serie que realmente me gusta muchísimo, y me entretiene, porque es diferente a todo lo que he visto hasta el momento. Normalmente cuando hablamos de princesas y reinos no es esto con lo que nos encontramos, y a veces es tan satisfactorio encontrarse con la excepción que confirma la regla que hace esta serie tan única y especial que te engancha desde el primer momento.
Bean es un personaje que a mí me encanta, porque a pesar de ser una princesa ella prefiere la ropa masculina, pasa de los estereotipos que definen a las princesas, de la ropa de gala, de las grandes comidas y los bonitos modales, ella prefiere ser feliz, estar acompañada de sus amigos y disfrutar de su vida.
Está claro que, no es una serie para niños ni mucho menos, pues a pesar de ser dibujos está hecha para los adultos.
Nos encontramos con muchas rupturas de estereotipos, como el hecho de que una princesa deja de relacionarse con la clase alta, para juntarse con un Elfo, quien, por cierto, se enamora de ella. Los caballeros no son tan valientes, y las batallas son diferentes.
Todo esto en conjunto nos lleva a un mundo diferente, antiguo y desesperado en el que Bean nos va a hacer disfrutar con sus locuras, y olvidar un poco nuestros problemas actuales y el mundo real.
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