Alyson Simon, una madre divorciada (Jaime Pressly), comienza a notar que algo no va bien cuando su pequeña hija se obsesiona con una muñeca dejada por los anteriores inquilinos de su nuevo hogar.
Una muñeca muy especial en una película que no termina de explotar todo su potencial.
Me encontré por casualidad con esta película en Netflix y, pese a sus malas críticas, no pude resistirme a su portada. No podría decirse que terminé de verla totalmente decepcionada porque sabía más o menos lo que me esperaba, pero sí que me encontré con una película de sobremesa entretenida, aunque sin nada que consiga convertirla en una buena película del género.
La película trata el género de las posesiones de muñecos, como por ejemplo vimos en “Chucky” o “Annabelle”. Admito que desconecté en la película en varias ocasiones, a la trama le faltaba fuerza, las muertes que presenta son totalmente predecibles y no aporta nada nuevo que pudiera considerarse original o especial.
Nos encontramos con bastantes muertes, la muñeca no dejará de hacer de las suyas durante toda la película, pero no llegan a ser impactantes ni generan terror.
El final cierra bien la trama, pero de forma bastante predecible. También deja algún que otro cabo suelto por si surgiese una posible continuación, la cual no parece ser posible por lo que nos deja con un film entretenido que no termina de explotar su potencial. La catalogaría como una película de domingo por la tarde.
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