La estudiante universitaria Beca sabe que ella no quiere ser parte de un grupo, pero ese es el lugar al que llega después de arribar a su nueva escuela. Entre las chicas malas, buenas y extrañas, Beca descubre que lo único que tienen en común es lo bien que cantan juntas. Ella saca a las mujeres de su zona de comodidad y las obliga a atreverse con canciones más complicadas, con el propósito de ganar una competición.
La música adquiere un nuevo significado en esta comedia llena de ritmo y personajes entrañables.
Becca (Anna Kendrick) llega a la universidad impulsada, y un poco obligada, por su padre. Ella realmente quiere ganarse la vida siendo DJ, algo que su padre no consigue comprender. Frustrada por la presión que le ejerce su padre, termina accediendo a formar parte de Las Bellas, un grupo musical a capella en el que la mayor parte de las integrantes no terminan de encontrar su lugar en el mundo y que tendrá un objetivo común: ganar la gran final.
Nos encontraremos con un humor muy peculiar, pues los personajes son capaces de reírse de sí mismos, no importan si son frikis, nerds, obesos, homosexuales… cada uno de ellos muestra su personalidad con frescura, normalidad y un toque cómico que es la guinda del pastel. Muestran sus debilidades y complejos de una forma admirable y se superarán a sí mismos en cada minuto.
El reparto me parece de lo más variado y acertado. En el papel protagonista nos encontramos con una Anna Kendrick que, aunque los que la seguimos sabemos que puede dar mucho más de ella, interpreta a esta joven rebelde que canta increíble. Con Rebel Wilson y Hana Mae Lee me divertí muchísimos, mientras Rebel se pone en la piel de “Amy La Gorda” y es bruta como ella sola a la hora de decir las cosas, Hana interpreta a una chica que para oírla necesitaremos subir el volumen un poco de más.
En cuanto a la trama no encontramos sorpresas más allá de la expectación que generan las actuaciones. Los sucesos son bastante previsibles, por lo que los veremos venir en todo momento. No obstante, consigue mantener al espectador atrapado.
Para terminar, me gustaría mencionar que el mensaje principal de esta película es ser uno mismo, pues no deberíamos dejarnos llevar nunca por un patrón, sino salir a la vida a darlo todo y disfrutar con ello. Sin duda, este film se coló entre uno de mis musicales favoritos por su fuerza, su reparto y por esas actuaciones que te animan a romper en aplausos y sonrisas.
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