Connor, un chico de 15 años que vive en el Dublín de los años 80, se propone huir de su conflictivo hogar. Crea una banda musical y compone canciones que son una una forma de lucha.
En cuanto vi anunciada esta película, me entraron unas ganas TREMENDAS de verla. Y es que, este director, John Carney, hace que sus películas aunque sean “sencillas” tengan una grandísima profundidad. Además, de nuevo, trata un tema relacionado con la música, como ya hizo con Once y Begin Again.
En esta ocasión, como en su anterior película Begin Again, la historia también gira entorno a montar un grupo de música, aunque aquí es en Irlanda de los años 80. Esta época le da un estilo particular a la película, creando un ambiente súper chulo.
Sing Street nos ofrece una historia que gustará tanto a jóvenes como a adultos. Desprende emociones variadas desde felicidad a tristeza. Y que hace que al salir de la sala, tengas posiblemente una sonrisa en tu cara. Emocional, optimista y con aura de tristeza a la vez. Está teñida de una melancolía que ya podemos apreciar en sus anteriores largometrajes. De los cuales, es inevitable acordarse, especialmente en el momento del callejón.
Se hace súper amena, y te hace querer luchar por tus sueños. Es una película que podemos considerar bastante intimista, no tiene nada de blockbuster, ni ambiciona ser la película más grande del mundo, de ahí su encanto. Les apasionará a los que les guste el cine indie. Posee un humor constante a pesar de los momentos dramáticos. DELICIOSA.
Nos cuenta una historia de un primer amor de lo más adorable, además trata temas de problemas familiares y acoso escolar, entre otros. Nos muestra como en los momentos de mayor adversidad, sale a luz nuestra fortaleza y nuestras ganas de encontrar algo mejor, y como las situaciones complicadas nos hacen aprender y progresar. O luchas o te pierdes.
La música es su principal fuerte. Cuenta con canciones míticas de la época que pertenecen The Cure, David Bowie, Spandau Ballet… y con un chico de protagonista que tiene una voz ideal. Es genial como John Carney muestra la importancia de la música, y como ayuda a sobrellevar los problemas. Como podemos apreciar en el largometraje las letras de las canciones, las crea el protagonista cuando se encuentra mal. Convierte su tristeza en algo creativo. Nos enseña que con las canciones se puede encontrar un camino hacia un mundo mejor. Se nota la adoración del director por la música.
Los actores están geniales, transmitiendo cada uno algo especial. Muy bien construidos especialmente el protagonista, la chica y el hermano, que está interpretado por Jack Reynor, que destaca sobre todos, está increíble. Muy expresivo.
La canción del final, merece mención especial, pues la canta el fantástico Adam Levine que ya participó en Begin Again como actor.
En conclusión, se trata de una película imprescindible de este año, y que gustará posiblemente a todo tipo de público gracias a la variedad de temas que encontramos en ella. Especialmente, les encantará a los amantes del cine indie y a todo aquel que piense que la música es un tipo de salvación, algo necesario para el día a día.
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