Adaptación en imagen real del clásico de Disney "La bella y la bestia", que cuenta la historia de Bella (Emma Watson), una joven brillante y enérgica, que sueña con aventuras y un mundo que se extiende más allá de los confines de su pueblo en Francia. Independiente y reservada, Bella no quiere saber nada con el arrogante y engreído Gastón, quien la persigue sin descanso. Todo cambia un día cuando su padre Maurice (Kevin Kline) es encarcelado en el castillo de una horrible Bestia, y Bella se ofrece a intercambiarse con su padre y queda recluida en el castillo. Rápidamente se hace amiga del antiguo personal del lugar, que fue transformado en objetos del hogar tras una maldición lanzada por una hechicera.
Vuelve la mágica historia que nos enseñó de niños que la belleza está en el interior.
La campaña de marketing que se generó para esta producción fue increíble. Las expectativas de todos aquellos que la ansiábamos ver estaban por las nubes y, por suerte, no defraudaron. La estética es fiel al original y la trama va desarrollándose al mismo ritmo mientras cuenta una historia que todos conocemos y que termina sorprendiendo al incorporar alguna que otra escena que debemos ver más detenidamente:
Todo lo referente al diseño de producción, dirección artística y fotografía es de una calidad asombrosa. Uno de sus puntos estelares es la banda sonora. Alan Menken como responsable de ella ha sabido tratar muy bien las canciones originales que todos conocemos; y además darles una vuelta de tuerca.
Voy a destacar también el trabajo de los actores que están estupendos en su mayoría, sobre todo el trabajo de Ewan McGregor poniéndole voz a Lumiere, el cual ha conseguido que este personaje tenga la misma esencia que el Lumiere de dibujos. Es por todos conocido que Emma Watson se preparó a conciencia con numerosas clases de baile, canto, equitación, entre muchas otras para dar vida a una de las princesas Disney más queridas, sin embargo, le faltó parte de la esencia que caracteriza a Bella. No sé si era su forma de mirar a la bestia, en la cual no veía demasiado del amor que siempre se reflejó, o que esa decisión que tanto caracterizaba al personaje estaba algo diluida, pero había algo que no terminaba de transmitirme y conste que soy una fiel seguidora de la actriz.
En definitiva, la película me conquistó en el pasado y ha vuelto a hacerlo con esta adaptación. Cuenta con cositas diferentes que podrían haberse tratado de otra forma, pero su esencia se mantiene y nos trasportará a nuestra niñez de un modo mágico.
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