Crítica de cine: El Becario

Lo mejor: Robert De Niro, Anne Hathaway y la escena de la casa de la madre.
Lo peor: el ritmo no es constante.

La joven dueña de un exitoso negocio online dedicado a la moda acepta a regañadientes que la compañía contrate, como parte de un programa laboral, a un hombre de setenta años como becario senior. Sin embargo, poco a poco irá dándose cuenta de lo indispensable que puede volverse para la empresa.

Cuando te decides ver una película de este estilo, por lo general, no es recomendable que vayas con altas expectativas. No pertenece a un género en el que suelan darse lo que se suele considerar como peliculones o películas que nos dejen reflexionando durante varios días… Son normalmente perfectas para desconectar, entretenerte y pasar un buen rato. Y El Becario cumple con esos requisitos más que de sobra, y está muy lejos de parecer la típica comedia romántica tonta.

Es una película muy tierna, agradable, con momentos muy divertidos y con sus partes más dramáticas. Cuenta una historia sencilla y bonita que no está endulzada de más.

Los dos actores protagonistas Robert De Niro y Anne Hathaway no podrían haber hecho una elección mejor. Ambos se complementan el uno al otro. Tienen tanto carisma y expresividad que vienen perfectos para dar un mayor matiz al guión. Es verdad que el personaje de De Niro, no tiene lo que se dice un gran arco de transformación, pero se sostiene con la interpretación del actor.

La mayor pega que se le puede poner es que el ritmo no es un constante, se ralentiza en algunos momentos con los cambios de conflictos.

Perfecta para cuando necesitamos una dosis de buen rollo. Terminas con una sonrisa.