Gracias a NOCTURNA, por este ejemplar.
El último día de clase, la profesora Yuko Moriguchi anuncia a sus alumnos que deja la escuela. Todos saben el motivo: no han pasado más que unos días desde que su hija de cuatro años apareció ahogada en la piscina del colegio, en apariencia por accidente. Sin embargo, Yuko sabe que la verdad es muy distinta: la mataron dos alumnos de esa misma clase.
Y a ella no le interesa buscar justicia. En realidad, prefiere venganza.
De esta última lección de Yuko nadie saldrá sin cicatrices; al fin y al cabo, todo el mundo tiene algo que confesar.
Confesiones es el impactante thriller lleno de giros que catapultó a Kanae Minato a las listas de más vendidos en Japón, donde ha ganado premios como el de los libreros y el director Tetsuya Nakashima lo adaptó al cine. Después de leer esta novela, nunca volverás a ver del mismo modo una clase.
Cuando Nocturna apuesta por un thriller, ahí estoy yo para darle una oportunidad, pues ya sabéis que es de mis editoriales favoritas y que no falla con sus lectores. Así fue como me decidí a sumergirme en la novela de Kanae Minato, Confesiones. Una historia en apariencia muy breve, pero que guarda una trama compleja a la que se saca muchísimo jugo.
«Así fue como realmente murió Manami.»
No me extenderé mucho en el resumen porque está narrado de un modo tan original que es muy fácil caer en el spoiler.
La historia comienza cuando Yuko Moriguchi anuncia que deja el centro en el que da clases. La noticia no pilla por sorpresa a nadie, ya que unos meses atrás encontraron a su hija pequeña ahogada en la piscina del colegio.
La muerte de esta niña de cuatro años se archivó como un accidente, aunque Yuko tiene muy claro que fueron dos alumnos de ese mismo centro los que asesinaron a su hija. No cree en la justicia, por lo que decide decantarse por la venganza. Así empieza el peligroso camino que revelará lo que ocurrió exactamente ese fatídico día y que hay muchas personas que tienen cosas que ocultar. ¿Hasta dónde será capaz de llegar?
«Como madre, me dan ganas de matar tanto a A como a B. Sin embargo, también soy docente. Mi deber como ciudadana es informar de lo que hicieron para que reciban el castigo que se merecen, pero también tengo el deber como docente de proteger a mis alumnos. En vista de que la policía ha dictaminado que la muerte de Manami fue un accidente, no tengo intención de reabrir el caso y ocasionar problemas». El discurso suena bastante misericordioso, ¿verdad?
No nos encontramos frente a una historia lineal. En realidad nos mantendremos casi en el mismo punto, solo que visto desde diferentes perspectivas. En vez de ir narrado por capítulos, lo haremos por personajes. Cada una de las partes será vista por uno de los personajes e iremos formando el puzzle pieza a pieza, pues todos ellos tienen algo que aportar, algo que dará la vuelta a la trama una y otra vez. Me resultó de lo más original.
La pluma de la autora es sencilla y directa, aunque la casi total ausencia de diálogos puede darnos la sensación de encontrarnos frente a una lectura un poco lenta. Sin embargo, cuenta con los ingredientes necesarios para atrapar al lector, sobre todo en ese final único de cada una de las partes donde, aunque creamos que tenemos todo bien sujeto, nos regala giros que nos hacen ansiar leer más y más.
Otro dato a destacar son la importancia de los temas que trata: acoso escolar, problemas adolescentes, relaciones de padres a hijos. Es curioso ver que cualquier detalle puede provocar un desastre emocional a ciertas edades y que los adultos no siempre reaccionan del modo más adecuado.
«Lo había subestimado. Una rata acorralada morderá a un gato. Y de hecho, cuanto más idiotas son los que están acorralados, más actos inimaginables son capaces de cometer. Me arrepentí de haberme dejado llevar por mis emociones momentáneas y haber provocado a ese idiota.»
El entrar de lleno dentro de cada personaje nos ayuda a conocer a fondo su carácter y su forma de interpretar lo ocurrido. Solo comprenderemos la historia al completo cuando alcancemos la última página. El cierre no me resultó del todo probable, pero considero que como ficción funciona a las mil maravillas.
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