Gracias a Pàmies, por este ejemplar.
Soy buena… o mala…
La madre de Milly, una chica de quince años, es una asesina en serie. Aunque Milly la quiere, la única manera que tiene de pararla es delatándola a la policía y consiguiendo que entre en prisión.
A Milly le dan un nuevo comienzo: una identidad diferente, un hogar con una familia de acogida acomodada y una escuela privada exclusiva.
Pero Milly tiene secretos, y la vida en su nuevo hogar se complica. A medida que el juicio de su madre se acerca, tendrá que enfrentarse al amor que sigue sintiendo hacia una madre psicópata de cuyo influjo, aun habiéndola entregado a la justicia, no sabe si podrá escapar.
¿Será buena… o mala? Después de todo ella es la hija de su madre, y ya se sabe que la sangre es más espesa que el agua…
Soy buena, de Ali Land, ha supuesto toda una sorpresa. Como sabéis soy una gran aficionada a los thrillers y a las novelas negras. La tensión que generan las páginas donde no sabes por dónde podrán salirnos los personajes es algo que me fascina. Pues bien, en esta novela nos encontramos con una doble dosis de esa tensión, una protagonista casi indescifrable hasta el final y una documentación perfecta que logrará atraparte mientras intentas comprender lo que ocurre dentro de la mente de los personajes.
“Pero yo no quería ser como tú”
La historia nos presenta a Milly, aunque ese no es su verdadero nombre. Con tan solo 15 años esta joven ha vivido las mayores atrocidades que podáis imaginar. Su madre parece una persona normal, abierta, amable… Sin embargo, esa es solo la apariencia de cara al exterior, pues en realidad es una asesina en serie que se ha llevado la vida de varios niños y obliga a su hija a presenciarlo y limpiar los desastres. La chica un día no puede más y acude a la policía.
Así es como comienza el libro, con una joven acusando a su madre de asesinato y comenzando una nueva vida mientras cambia de identidad y se refugia en la casa de Mike, un psicólogo con una familia bastante peculiar. Milly deberá superar la constante presencia de su madre en su mente y los fantasmas que la atormentan mientras decide si ella es una buena chica o, por el contrario, continuará con el camino que su madre le había enseñado.
“Seguí su olor, dulce, rosa, hacia la cocina, fantaseando sobre cómo sería tener una hermana. Sobre qué clase de hermanas podríamos ser ella y yo. Ella sería Meg, pensé, y yo sería Jo, unas Mujercitas particulares. Me habían contado en el hospital que la esperanza era mi mejor arma, que sería lo que me haría avanzar hacia adelante.
Los creí como una tonta.”
La novela te atrapa desde el minuto cero. La batalla mental que tiene la protagonista durante toda la novela es adictiva. No sabemos por dónde podrá salir, no sabemos realmente qué es lo que su corazón necesita. Pese a estar metidos en su cabeza podemos notar la inseguridad que genera en los demás y el miedo. Esas sensaciones se van atenuando conforme pasamos las páginas, pues Milly no deja de recordar a su madre, las lecciones que ella le impartía y los motivos con los que pretendía justificarlas.
Los personajes están definidos de una forma alucinante. De Milly ya os hablé, es una joven inestable que no termina de saber quién es en realidad: una buena chica o una continuación del monstruo que es su madre. Por otro lado, nos encontramos con Mike, un hombre adorable que intenta ayudar a los demás de forma constante y dedicada. Sin embargo, este padre de familia a veces olvida que en su propia casa también cuenta con problemas serios y personas que necesitan de su atención.
“Cargo con cadenas invisibles. Tintinean cuando ando.”
La pluma de Ali Land es sencilla y enigmática. Narrado en primera persona nos adentra justo en los pensamientos de Milly, aunque eso no quiere decir que el lector tenga claro lo que pasa por la cabeza de esta joven, pues ni ella misma parece ser muy consciente de los pasos que va dando. Algo que me ha impresionado es el ritmo, al principio resulta precipitado, luego se relaja para dar pie a otro aumento de velocidad sin esperarlo. Al final de algunos capítulos encontramos unos textos cortos, en cursiva, donde narrados de una forma magistral y enigmática podremos comprender mejor el infierno por el que tuvo que pasar esta niña.
El final es indescriptible. Puede que en algún momento de la novela pudiésemos haber llegado a imaginar algo así, pero Ali Land se encargará de jugar con nosotros ofreciéndonos giros y sutiles pinceladas que desembocarán en un final de novela impactante.
“Duele, no digo que no, no estoy hecha de acero, pero el pie de mi foto —«Milly la friki: puede correr, pero no puede esconderse» — me hace sentir mejor. Phoebe aún no lo pilla.
No tengo ninguna intención de correr.
De esconderme, sí.
De correr, no.”
En conclusión, Soy buena nos sumerge en un thriller bien construido de la mano de unos personajes que, pese a no ser muchos, ofrecen un gran abanico de colores. Una lucha interna en una joven que ha vivido un auténtico infierno e intenta alcanzar una vida normal. Una trama intrigante y adictiva que desenlaza en un final impactante.
Después de graduarse en salud mental, Ali Land trabajó como enfermera con niños y adolescentes con traumas y problemas de salud mental en hospitales y escuelas en el Reino Unido y Australia. Actualmente es escritora a tiempo completo y vive en Londres. Soy Buena, un thriller psicológico basado en la historia real de una adolescente con una madre asesina es su primera novela; Hasta la fecha se ha traducido a más de veinte idiomas.
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