Gracias a Nocturna por este ejemplar.
«Si en Blackwood sólo hay cuatro alumnas, ¿de quiénes son las otras voces?».
Cuando Kit Gordy ve Blackwood Hall despuntar sobre las puertas negras de hierro, no puede evitar pensar: «Este lugar es maligno». La imponente mansión le provoca un desasosiego que en los siguientes días no hace más que intensificarse. En especial cuando oye los rumores sobre el incendio que calcinó hace años esas mismas paredes.
Entonces sus compañeras de clase empiezan a mostrar talentos singulares y a tener sueños perturbadores. Las voces desconocidas que susurran por los pasillos, los dormitorios con cerradura sólo por fuera, los espejos que a veces devuelven reflejos imposibles... Blackwood parece engullir y transformar todo lo que se aventura en su interior.
Cuando Kit entienda que lo que siempre ha considerado normal no es lo que parece, puede que ya sea demasiado tarde.
Blackwood es la novela superventas en la que se basa la próxima película de Rodrigo Cortés, una historia inquietante donde la frontera de los sueños y las pesadillas es tan difusa como la de lo real.
No pude evitar el flechazo al ver esta novedad en Nocturna. Me intrigó desde el momento en el que vi su portada y cuando supe que sería llevado a la gran pantalla decidí que tenía que sumergirme entre sus páginas cuanto antes.
Blackwood, de Lois Duncan, ha resultado ser una lectura amena y con un toque especial que me atrajo casi en su total lectura, aunque confieso que al final me ha dejado una sensación de vacío. Analicemos a fondo de lo que trata esta historia.
“—No —aseguró Kit—. Recuerdo haber apagado la luz y luego cerré con llave.
Se puso tensa, con los ojos pegados a la ventana iluminada mientras una oscura figura la atravesaba.
—¡Ahí hay alguien! —exclamó—. ¡Hay alguien en mi habitación!”
Nada más comenzar conoceremos a Kit, nuestra protagonista. A esta joven de 16 años su madre la deja en un internado para pasar una larga temporada mientras se va de luna de miel con su reciente esposo. Tras la trágica muerte de su padre, Kit se alegra de que su madre haya encontrado a alguien, de que vuelva a ser feliz, pero eso no quita de que sienta una extraña y oscura sensación desde el primer momento en el que ve el imponente edificio que se convertirá en su casa durante los próximos meses.
Los profesores son cuanto menos peculiares, el lujo que rodea cada rincón es admirable y el hecho de formar parte de un grupo reducido no debería ser algo negativo. Sin embargo, nada de todo eso consigue que Kit se sienta bien. La casa parece contar con una historia propia que quiere salir a la luz, los profesores no son lo que parece y las sombras y los ruidos raros no dejan de multiplicarse.
De pronto, las alumnas de Blackwood comenzarán a presentar talentos increíbles en artes nunca experimentadas y sueños perturbadores que las harán levantarse agotadas cada mañana.
Kit deberá estar alerta. Ella no parece presentar nada parecido a lo que muestran sus compañeras, pero deberá cuidar sus pasos y mantenerse firme, pues lo que debería ser una placentera experiencia en sus años educativos puede convertirse en su peor pesadilla.
“[…] —Por favor, no. Si seguimos a oscuras puedo verla aún como una imagen en la pantalla de mi mente. Es joven, más joven incluso de lo que pensé al principio, y tiene unos ojos preciosos, soñadores y llenos de pena, como si hubiera sufrido mucho.”
Según tengo entendido y, como dato curioso, está historia cuenta con más de 40 años. Sin embargo, hace unos años fue revisada y adaptada a las nuevas tecnologías, aunque se haga poco uso de ellas, pues una vez llegados a Blackwood se acabó el internet y la cobertura.
La verdad que la trama central tiene un toque original que me llamó mucho la atención. El problema es que los hechos se van desarrollando con mucha rapidez y a veces no da tiempo a saborear el momento y sentir el miedo y la presión que experimentan los protagonistas.
Los personajes están descritos superficialmente. Me hubiese gustado ahondar más en ellos. Sin embargo, la ambientación es alucinante. Es típica de cualquier película de terror, pero a mí me ha fascinado. El modo de describir cada espacio era casi visual. Conseguí verme allí en primera persona.
El fallo más significativo lo veo en el final. Sucede demasiado deprisa, con una actitud incoherente por parte de los personajes. Es una pena, puesto que la historia tiene un gran potencial que no termina de ser aprovechado.
La pluma de Lois Duncan es muy sencilla y ligera. La novela volará entre nuestras manos en apenas un suspiro. Es juvenil, por lo que no esperéis una trama sumamente elaborada y con unos sustos de infarto. Eso sí, consigue dar un toque oscuro y siniestro con muy pocas palabras. Quizás no de tanto miedo como yo pensaba, pero se trata de una novela ligera que nos regala lo mejor de las casas encantadas.
“—Voy a ir a comprobar algo a la biblioteca. Si resulta que mi suposición es cierta, entonces te la contaré. Pero será mejor que te prepares. Si he encontrado la respuesta, te vas a llevar el susto de tu vida.”
En conclusión, Blackwood es una historia paranormal corta que cuenta con una ambientación magnífica y una trama que, pese a no ser explotada en todo su esplendor, consiguió mantenerme pegada a sus páginas de principio a fin. Una novela que estoy ansiosa por ver en el cine y que es perfecta para leer en una sola tarde.
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Lois Duncan (Filadelfia, 28 de abril de 1934 - Sarasota, 15 de junio de 2016) era una escritora estadounidense. Nació en Filadelfia con el nombre de Lois Steinmetz, pero creció en el estado de Florida, donde sus padres trabajaban como fotógrafos de revistas. A los diez años ya había comenzado a escribir artículos para la revista para la que trabajaban sus padres. Se la considera la autora principal de Sé lo que hiciste el verano pasado, adaptado para la película de tres partes Sé lo que hiciste el verano pasado. ¡Siempre sé lo que hiciste! El verano pasado y siempre sabré lo que hiciste el verano pasado.
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