Gracias a Roca por este ejemplar.
Gardner's Hill es una ciudad remota y tranquila situada en la Australia Occidental. Allí vive el sargento de policía Chandler Jenkins, quien se enorgullece de dirigir la pequeña y tranquila comisaría de policía local.
Todo esto cambia el día en el que un hombre herido llega a la comisaría. El extraño está cubierto de sangre seca. Su nombre es Gabriel, y le cuenta a Chandler lo que recuerda. Cuenta que le drogaron y condujeron a una cabaña en las montañas y que allí lo ataron con cadenas de hierro. El hombre que le hizo esto se llamaba Heath, y le dijo a Gabriel que él iba a ser el número 55, su 55ª víctima.
Heath es un asesino en serie.
Mientras se inicia la investigación, un hombre que dice llamarse Heath entra en la comisaría y le cuenta a Chandler lo que recuerda: que le drogaron y condujeron a una cabaña en las montañas y que allí lo ataron con cadenas de hierro. El hombre que le hizo esto se llamaba Gabriel, y le dijo a Heath que iba a ser el número 55, su 55ª víctima.
Gabriel es un asesino en serie.
Dos sospechosos. Dos historias idénticas. ¿Cuál será la verdadera?
De vuelta la rutina con un montón de novelas que tengo pendientes por reseñar y estoy deseando mostraros. El 2019 fue un año lleno de thrillers, no es ningún secreto que me apasiona este género y bajo la premisa que parte el título del vengo a hablaros hoy, no se me podía escapar.
—Sí, parece que hay muchísimos accidentes por aquí. Y, para que lo sepan: los voy a demandar. A todos. Por detención ilegal, por poner en peligro mi vida y por mantenerme encerrado sin cargos. Haré una fortuna —dijo.
55, escrito por James Delargy, parecía tener todos los ingredientes necesarios para sumirnos en una historia cargada de misterio, secretos y tensión. Desgraciadamente, cuando alcancé el ecuador de la novela, mis expectativas se rompieron en mil pedazos y quedé llena de rabia porque la historia tenía mucho potencial.
Nos encontramos con un crimen y dos versiones totalmente diferentes que pintan a la víctima y al culpable con el mismo papel. Me explico, la tranquilidad de un pequeño pueblo se ve alterada con la llegada de Gabriel, un hombre lleno de sangre que asegura haber escapado de su secuestrador Heath, quien había estado a punto de matarlo. Chandler Jenkins, sargento de policía, tomará medidas para mantener a salvo a esta persona hasta que, de pronto, Hearth aparece en comisaría relatando la misma historia: acaba de escapar de un hombre que lo había capturado con intención de matarlo, un hombre llamado Gabriel.
Las historias coinciden, los detalles también e incluso los nombres que protagonizan este crimen. Sin embargo, un frente de preguntas se abre ante nosotros: ¿quién es quién? ¿Alguno de ellos está realmente en peligro? ¿Hay un asesino entre ellos? ¿Estarán compinchados?
Estaréis de acuerdo conmigo en que la trama pinta de vicio. El suspense está asegurado y tener a la vista al criminal haciendo bailar su nombre entre dos sospechosos es una auténtica gozada. Sin embargo, la caracterización de los personajes y el modo en el que se va desvelando la trama no terminó de cumplir con lo que yo esperaba.
A medida que abrían cada tumba, Chandler examinaba el comportamiento de Gabriel. Seguía a un lado, con la mirada perdida. Tal vez pensando en lo cerca que había estado de acabar también él enterrado en aquel inhóspito lugar.
No queda muy claro el carácter de los protagonistas, tanto Chandler, como su compañero y enemigo actual, Mitchell, cuentan con un pasado al cual debería habérsele dado más forma. Una mujer entre medias de lo que fueron dos buenos amigos y la ambición por ascender y superarse en el terreno laboral eran unos motivos bastante jugosos a los que sacarle partido que terminaron dejándome un poco indiferente.
Como casi toda historia de misterio, los motivos que enlazan el problema que surge en el presente están sujetos al pasado. De este modo, el autor nos regala capítulos salteados en los que viajamos unos cuantos años atrás para investigar otro caso que guarda relación con lo que está ocurriendo en la actualidad. Estos capítulos me resultaron lentos y faltos de tensión y adrenalina, algo de lo que teníamos muchísimo en el presente.
Sin más, nos encontramos con un final totalmente abierto que, no estoy segura si se hizo con intención de una segunda novela o para que el lector formase parte de la historia dándole su propia interpretación. En cualquier caso, a mí me dejó fría. Como si hubiesen arrancado las últimas páginas de una novela y me hubiesen dejado a medio.
La pluma del autor es sencilla y ligera, aunque peca de descripciones en algunas ocasiones. Los diálogos aportaban ritmo y dinamismo a la lectura. Un fallo bastante notable es el modo en el que surgen las pistas o el protagonista da con ellas, no termina de ser creíble, falta ese caminito de migas de pan que seguir para llegar a ellas. Por lo general la magia de ir buscando y comprobando pistas es el efecto acierto/fallo que provocan, en este caso aparecían como si al protagonista sencillamente se le encendiese la bombilla.
—No sabemos a qué nos enfrentamos. Podría ser simplemente una disputa entre amigos que se les ha ido de las manos. Tendremos algo más cuando llamemos al Cuartel General. Vamos a tranquilizarnos todos.
Estamos ante la primera novela de James Delargy y deja claro su enorme potencial, aunque espero que algunos flecos se vayan puliendo con sus novelas venideras que, seguro que serán muchas, pues se oyen rumores de que esta novela tendrá una adaptación cinematográfica.
Cuando me sumergí en el mundo de la trilogía Everlost descubrí que no era la…
Sentimientos a flor de piel es lo que me encontré en Enciéndeme, la tercera parte…
Llegamos al final de la trilogía Cazadora de hadas con Valiente. Si me seguís desde…
Javier Castillo es uno de mis autores clave cuando se trata de thriller. Sus historias…
‘El club de los portaféretros’ de Paul Tremblay, vuelve a presentar una propuesta arriesgada que…
Everlost me introdujo en un mundo nuevo que me muy original, aunque tenía un toque…
